Florence
Nightingale nació en la ciudad italiana de Florencia, el 12 de mayo
de 1820. Sus padres eran un matrimonio muy culto, bien preparado, bien
cultivado y con cierto desahogo económico. Sus padres como viaje de bodas
estuvieron viajando por Europa durante dos años, ahí nacieron sus dos
hijas Partenope y Florence, hasta que se acomodaron en Inglaterra.
Después
de pasar las hijas por el estudio básico con las institutrices, su padre cogió
la tutela de ambas y empezó a inculcarles el amor por el estudio, por la
lectura de los clásicos, y por las matemáticas, disciplina que gustó a Florence.
En
1837 cuando Florence tenía 17 años de edad, cuentan que sintió la “llamada
de Dios”, ella siempre afirmó que Dios la había elegido para ser soltera, y
a partir de ese día decidió entregarse de lleno por los demás.
En
1840, con 20 años de edad, cuando la sociedad de entonces casi obligaba a las
jóvenes a las tareas domésticas, le dijo a sus padres que su intención era
estudiar Ciencias Exactas. La madre no quería porque “no era propio de una
dama victoriana”, pero se “alió” con su padre y, al fin, consiguió el permiso
para estudiar matemáticas.
Florence se
convirtió en una alumna aventajada y aprendió todo lo que había que saber sobre la
matemática y la estadística. Así que 5 años después cuando
su madre aún no se había recuperado del “disgusto”, Florence reunió a sus
padres y le dijo que no quería ya ser matemática, que su sueño era ser
enfermera. A la madre casi le da un infarto, su hija de alta alcurnia
perteneciendo a un estrato social tan bajo, no se lo podía creer.
Pero
la terquedad de Florence de nuevo venció, y en un viaje de placer por
Egipto, descubrió que en las escasas salas hospitalarias que había en Alejandría,
además de por su falta de higiene, la asepsia brillaba por su ausencia, y desde
ese año, 1849, se entregó a aprender todo lo que pudiera sobre la enfermería.
Estuvo
viajando por todos lados, visitando instituciones médicas, para ver in situ,
como se realizaban curas, como se atendía a los enfermos y ya intuía que además
de las curas físicas, la atención psicológica sería fundamental para el
paciente, dar la mano a un paciente, decirle que pronto estaría con los suyos.
En
1850 volvió a su país, y cogió el cargo de superintendente, sin remuneración,
de un centro médico que atendía
solamente a “damas”. Y allí estuvo un año, hasta que estalló con virulencia la
famosa Guerra de Crimea. Miles de ingleses padecían en torno a Sebastopol
donde se libraba una cruenta batalla, y Florence constató por The Times que
la situación de los enfermos era más que lamentable. Puso “manos a la obra” y
convocó a cuantas mujeres quisieran colaborar en el reto de ayudar a los
moribundos en el frente, y 38 mujeres se alistaron voluntarias. Primero
viajaron a Turquía en 1854, y, en un arrabal levantó un pequeño campamento
hospitalario donde cientos de soldados llegaban cada día. Florece lloraba
de amargura, porque la falta de asepsia aumentaba las víctimas debido a las
infecciones.
Con
ese valor y dedicación, pasión y astucia, se destacó desde muy joven y aplicó
sus conocimientos de estadística a la epidemiología y a la
estadística sanitaria. Fue la primera mujer admitida en la Royal
Statistical Society británica, y miembro honorario de la American
Statistical Association.
Sentó
las bases de la profesionalización de la enfermería con el establecimiento, en
1860, de su escuela de enfermería en el hospital Saint Thomas de Londres,
actualmente parte integrante del King's College de Londres y del NHS. Fue
la primera escuela laica de enfermería en el mundo.
Su
trabajo fue la fuente de inspiración de Henri Dunant, fundador de la Cruz
Roja y autor de las propuestas humanitarias adoptadas por la convención
de Ginebra.
El Juramento
Nightingale efectuado por los enfermeros al graduarse, fue creado en su
honor en 1893. El Día Internacional de la Enfermería se celebra en la
fecha de su cumpleaños.
Así
que Florence Nightingale, nacida en Florencia, Gran Ducado de Toscana, el
12 de mayo de 1820 y quien murió en Londres el 13 de agosto de 1910,
fue una enfermera, escritora y estadística británica,
considerada una de las pioneras de la enfermería moderna y creadora
del primer modelo conceptual de enfermería.
Enfermeras de la Escuela Americana de Florence Nightingale, en 1929. |
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