“Creo que ya es el momento de la retirada”, dijo de modo premonitorio José Emilio Pacheco, momentos antes de comenzar su última lectura en público en el Museo Nacional de Antropología, apenas en septiembre pasado, cuando su voz regaló algunos poemas de Como la lluvia. Este domingo 26 de enero, México perdió a uno de sus grandes escritores de medio siglo.
Teresa Franco, directora general del INAH, expresó que la visión de Pacheco influyó de manera determinante en el curso de las investigaciones del Instituto Nacional de Antropología e Historia. “José Emilio fue un enorme impulsor de una visión nueva de la literatura, la historia y la antropología. Todos sus trabajos que se animaron desde la perspectiva de estudios históricos marcan un hito en la manera de concebir el quehacer histórico propiamente en México”.
“José Emilio es un hombre del INAH. Haremos un reconocimiento porque es una figura viva en el Instituto. Su Inventario será recordado siempre como una de las columnas que dan lustre a lo que podemos llamar más que el periodismo cultural, la reflexión donde nos hacía vivir tanto los momentos que él entendía, particularmente significativos de la cultura o al referirse a gente tan extraordinaria como Juan Gelman”, agregó la directora.
Pacheco fue miembro fundador del Seminario de Investigación de la Cultura Nacional, creado en los años 70 del siglo pasado en la Dirección de Estudios Históricos del INAH, por iniciativa del historiador Enrique Florescano, quien invitó a don José Emilio, Carlos Monsiváis, José Joaquín Blanco, Nicole Girón, Carlos Pereira y Joseph Sommers a efectuar trabajos de índole histórica.
Teresa Franco recordó que también tuvo a su cargo los primeros tres tomos del diario público de Salvador Novo: La vida en México en los periodos presidenciales de Cárdenas, Ávila Camacho y Alemán, para empresas editoriales, y su legendaria antología del modernismo para la Biblioteca del Estudiante Universitario de la UNAM.
Pacheco llevó a este seminario una visión panorámica de la cultura escrita y una amplísima erudición, la novedad de sus minuciosas y un tanto impredecibles investigaciones y ensayos sobre la historia literaria, su vocación por recuperar un amplio elenco de autores mexicanos, entonces más bien olvidados y marginalmente leídos.
De dicha instancia surgieron los principales estudios sobre la historia de la literatura mexicana que llevara a cabo Pacheco, quien en su paso por el INAH también recuperó la crónica como género de la investigación histórica.
Deja valiosa y amplia obra poética
José Emilio Pacheco fue un investigador en activo hasta el final, su interés lo centró en los escritores del modernismo, entre ellos Amado Nervo, José Juan Tablada, Enrique González Martínez, Efrén Rebolledo y Federico Gamboa.
En la Dirección de Estudios Históricos también impartió talleres de redacción a investigadores, y revisó y redactó el cedulario de la Galería de Historia a mediados de los años 80.
Sus actividades literarias comenzaron en la revista Medio Siglo y posteriormente dirigió al lado de Carlos Monsiváis, con quien compartiría tiempo de estudio en el INAH, el suplemento de la revista Estaciones. Fungió como secretario de redacción de la Revista de la Universidad, así como de México en la Cultura, de Novedades. Además trabajó como jefe de redacción de La Cultura en México, suplemento de Siempre!
El literato dejó una muy valiosa y amplia obra poética, la cual arrancó 55 años atrás con Los elementos de la noche. Su poesía está resuelta desde un inicio bajo el signo de la historia, y se caracteriza por un amplio registro de tonos, el filo de la sátira y la agudeza de su desasosiego.
El poeta, narrador, traductor y ensayista multipremiado y reconocido por el amplio público por su obra tan cercana a la gente, Las batallas en el desierto (1981), desarrolló investigaciones y realizó una ardua labor de divulgación cultural.
Fue galardonado con los premios Cervantes (2009), Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda (2004), Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (2009), José Donoso (2001), Octavio Paz (2003), Xavier Villaurrutia (1973), Internacional Alfonso Reyes (2004), Alfonso Reyes de El Colegio de México (2011), Corona de Oro (2013) y el Nacional de Ciencias y Artes (1992), entre otros.
Tras recibir el prestigiado Premio Internacional Corona de Oro que otorga el Festival de Poesía de Sturga (Macedonia), dio su última lectura pública en México en el Auditorio Jaime Torres Bodet del Museo Nacional de Antropología, donde se inauguró la serie Poesía en el museo. Ese día leyó poemas de su libro Como la lluvia ante un auditorio repleto y, quizá presintiendo, se despidió.
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