Rodrigo Huerta Pegueros*
Una
vez más hemos sido testigos de que comunidades del estado de Guerrero han
levantado la voz para demandar que los gobiernos de los tres niveles actúen en
consecuencia para evitar que los ciudadanos sigan siendo víctimas de la
delincuencia y que además se avoquen a ser promotores del desarrollo regional
con la promoción de empleos y otorgar los incentivos para que la producción en
el campo y las fábricas se incrementen y sean motivo para la creación de la
riqueza y el bienestar comunitario.
No
fueron pocas las voces que demandaban a los gobiernos atención a sus demandas.
Ya sean 15 o 10 o menos miles de ciudadanos que se movilizaron, son en términos
de comunicación un elevado número de personas que representaban a diferentes
regiones y que se unieron para reivindicar sus derechos a una mejor calidad de
vida, la cual, como se conoce, esta ha ido a menos por la generalizada
inseguridad pública que ha trastocado la vida cotidiana de los guerrerenses,
sean estos urbanos o rurales. La falta de protección gubernamental hacia los
ciudadanos ha uniformado a todos por igual.
Este
año, que en definitiva será el que determine la gestión gubernamental del
gobernador del estado, Ángel Heladio Aguirre Rivero, tendrá que hacer tangible
las promesas de hace tres años y meses y los compromisos de hace unos meses de
parte del presidente de la República, Enrique Peña Nieto al dar a conocer el
denominado Plan Nuevo Guerrero, donde se anunció una inversión de poco más de
30 mil millones de pesos.
Una
vez más, el propio presidente Peña Nieto, en su segunda incursión en las zonas
deprimidas indígenas del estado, reafirmó que 2014 será el año de Guerrero y
que esto será asi porque se iniciará en breve la inversión que aprobaron los
legisladores federales para la entidad y que tendrá como finalidad hacer frente
a las vicisitudes que afligen desde hace varias décadas a la entidad.
Sin
embargo, cuesta mucho trabajo aceptar el discurso de los gobernantes—estatal y
federal—cuando hablan, como lo hicieron ayer en Cochoapa el Grande, Guerrero, de
que el combate a la pobreza, el hambre y la desigualdad será la prioridad,
cuando si se analiza bien la inversión que se hará en estos rubros con los que
se invertirá en infraestructura carretera, el comparativo resulta inverosímil y
hasta ridículo, lo cual apunta que si bien es cierto que la pobreza, el hambre
y la desigualdad pueden ser contenidas, mas nunca disminuida ni desaparecida.
Pero
lo cierto es que el gobierno estatal ha tenido como tabla de salvación la
puesta en escena de lo que el gobierno federal ha venido realizando,
particularmente después de lo ocurrido con las tormentas tropicales Manuel que
devastaron gran parte de la etnidad y que miles de guerrerenses todavía
continúa esperando la ayuda que ofrecieron los gobernantes y que hasta el
momento han incumplido.
No
se puede dar vuelta a la página, cuando el problema de la inseguridad pública
sigue lantente. Cuando la violencia está a flor de piel. Cuando en la entidad
la procuración de justicia no funciona y cuando los crímenes políticos y de
líderes de organizaciones sociales no han sido atendiddos y menos resueltos.
Cuando
el magisterio sigue en pié de lucha. Cuando las policías comunitarias siguen
haciendo el trabajo del gobierno constitucional. Cuando los empresarios
mantienen en alto sus demandas de alto a la extorsión y al secuestro. Cuando
los estudiantes no cuentan con las instalaciones adecuadas. Cuando los
campesinos no reciben a tiempo sus insumos y cuando los normalistas no han
obtenido justicia para sus compañeros caídos en el no tan lejano 12 de Dciembre
del 2011 y cuando las recomendaciones de la Comisión Nacional de Derechos
Humanos han sido desatendidas y cuando el Estado de Derechos en Guerrero está
mas que vulnerable.
Los
retos para el gobierno de Aguirre son bastante altos, pero si se lo propone y
hace los ajustes necesarios, aunque altamente costos políticamente, podrá
salvar parte de su imagen deteriorada por los múltiples errores cometidos y que
es posible que tendrá que pagarlos su partido en las elecciones del próximo
año.
Peña
Nieto por su parte, tendrá que hacer que los recursos disponibles para Guerrro
se apliquen y se apliquen adecuadamente. Que la transparencia y la rendición de
cuentas sobre el uso y destino de los mismos sea una praxis cotidiana.
También
habrá que exigirle que su gobierno cumpla con las sanciones que se deben
imponer a los culpables de la tragedia por la tormenta Manuel y que impactó
seriamente parte del municipio de Acapulco.
El
secretario de gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong se comprometió a ello y no
ha cumplido. Esperemos que la comisión integrada con tal fin y que fue
sancionada por el Presidente Peñla Nieto haga su trabajo, sino también, el
empresario Miguel Alemán Velasco saldrá poco más que salpicado con el tema de
la corrupción.
Los
retos del 2014 no será solo de inversión y de recomposición sino de saldar
cuentas con los ciudadanos sobre los compromisos contraídos públicamente por
parte de los gobirno estatal y federal.
Esperemos
pacientes y actuemos en consecuencia.
Periodista/Analista
Político*
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