Édgar
Tamayo Arias, originario de Morelos y de 46 años de edad, será ejecutado a las
seis de la tarde, cinco de la tarde de El Paso, Texas. Ha solicitado que
su familia no esté presente durante la ejecución. Personal de Protección de la
Cancillería ya está en este lugar y argumentan que la dependencia siempre
estuvo al tanto del caso.
La
Corte Federal de Apelaciones del 5to. Circuito consideró una apelación, según
la cual Tamayo por ser mentalmente deficiente y por lo tanto inapto para ser
ejecutado. Pero la corte dijo que la apelación, presentada la semana
pasada, llegó demasiado tarde. Luego de que el estado ha rechazado medidas
jurídicas y la presión diplomática para salvarle la vida, el mexicano será
ejecutado por inyección letal por el asesinato en 1994 del agente Guy Gaddis,
de 24 años de edad.
El
secretario de Estado John Kerry había pedido al procurador general de Texas,
Greg Abbott, que demorara la ejecución, diciendo que “pudiera impactar la forma
que los ciudadanos norteamericanos son tratados en otros país”. Los abogados de
Tamayo apelarán ahora a la Corte Suprema de Estados Unidos, así como el
gobierno mexicano, han alegado que el caso no se desarrolló debidamente
porque no le informaron, según indica un acuerdo internacional, que podía
recibir asistencia jurídica de su país tras el arresto.
El gobierno mexicano informó en un comunicado que se opone con fuerza a la ejecución y recordó que no revisar y reconsiderar la sentencia sería una clara violación de Estados Unidos a sus obligaciones internacionales. Asimismo, funcionarios mexicanos y los abogados de Tamayo dijeron que estaba protegido por una cláusula de la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares de 1963. La asistencia jurídica que garantiza ese tratado pudiera haber descubierto pruebas para impugnar el cargo de asesinato o que evitaran que Tamayo fuese condenado a la pena de muerte, dijeron.
El gobernador de Texas, Rick Perry, ha indicao a través de su portavoz, Lucy Nashed, que no importa de dónde sea la persona, el que cometa un crimen despreciable como éste en Texas, queda sujeto a nuestras leyes estatales, como un juicio justo con jurado, y la pena máxima.
Cabe
anotar que Tamayo Arias está entre más de cuarenta mexicanos condenados a
muerte en Estados Unidos, cuando la Corte Internacional de Justicia de La Haya,
Holanda, falló en 2004 que no les habían informado debidamente de sus derechos
consulares. La Corte Suprema sentenció posteriormente que audiencias
solicitadas por la Corte Internacional sobre los casos de esos reos sólo eran
obligatorias si el Congreso emitía una ley al respecto. Desafortunadamente, esa
ley nunca se aprobó, reconoció la Secretaría de Relaciones Exteriores de
México.
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