Miguel Ángel Mata Mata
Una pregunta a
religiosos y científicos que han iniciado una guerra santa en los patios del
Congreso Local de Guerrero: ¿Terminarán los abortos con o sin nueva ley que regule su práctica? De ninguna manera.
De no ser aprobada seguirán
en la oscuridad de las catacumbas inquisitivas y la hipocresía de quienes
sostienen la cruz como bandera política pero en su corazón anidan vicios como
el hurto, la corrupción, la mentira, la lujuria, o la gula. De lo contrario
todo será público, regulado y con reglas claras. Saldrá del siglo dieciséis la
pecaminosa práctica.
Otra pregunta a quienes llegaron a cobrar casi
medio millón de pesos mensuales con el apoyo del social demócrata Partido
Revolucionario Institucional. ¿Saben que los social demócratas y los demócratas
cristianos tienen grandes diferencias en sus objetivos al ejercer la política?
Los cristianos luchan por los intereses individuales y los social demócratas
por los de la colectividad.
Una mas a quienes se
desgarran las vestiduras y gritan a los cuatro vientos pertenecer a la
izquierda. ¿Saben qué cosa es la izquierda? Desde que en el parlamento francés
los liberales se sentaron a la izquierda y los conservadores a la derecha se ubicó geométricamente la
manera de pensar o la manera de ser. Nada que ver con partidos pragmáticos e
hipócritas nacidos del comunismo ateo
pero que postulan y llevan al poder a paradojas confesionales.
Ser de izquierda es un
estilo de vida, se ha dicho una y mil veces. Un personaje de izquierda es el
presidente de Uruguay, José Mujica. Él ejerce el poder con visión del
colectivo, no del individuo. De no ser así él viajaría rodeado de 300 hombres
armados y terminaría su vida fuera de su pequeño departamentito rodeado de
riquezas. No habría legalizado el consumo de la marihuana.
Ser de la derecha es
otro estilo de vida. Un ejemplo de derecha es Carlos Salinas de Gortari quien
ejerció el poder para cambiar la manera de ser de su partido, el Revolucionario
Institucional, que por 50 años se ubicó del lado del colectivo y que, a partir
del sexenio de este señor, privilegia las posturas individualistas y de fe de
cada uno de sus miembros.
No es extraño que los
diputados locales del PRI, Julieta Fernández, Héctor Apreza Patrón y el del
Verde, Alejandro Carabias se unan a la panista Oliva para arrodillarse ante el
arzobispo y pedirle, con toda su fe individual, que interceda ante Dios para
que la propuesta “come niños” enviada por el gobernador no sea aprobada en
donde mandan los seres humanos.
--- ¡Oh, Prometeo ha
dado el fuego divino a los humanos y Zeus se ha enfurecido! ¿Cómo es posible
que los humanos decidan en cosas que toca a los Dioses? es la sumisa postura de
militantes de un partido que ha dejado de ser Revolucionario para convertirse
en conservador y degenerar a confesional.
Los diputados del otro partido social demócrata,
el de la Revolución Democrática, han sucumbido ante Dios. Temen la furia de
Zeus que dejó a Prometeo ser devorado en sus entrañas por las aves de rapiña
por haber traído el fuego eterno a los humanos.
¿Cómo volverán a casa
y explicarán a su madre, esposa e hijas
que no pueden proteger al colectivo de mas de 45 mil mujeres guerrerenses
prófugas de la justica por haber abortado? ¿Cómo explicarles su temor al
Arzobispo, sus copas de vino de consagrar y a sus ejércitos de pedófilos no
castigados por Dios? ¿Cómo, pues, no recordar al Padre Maciel?
Ángel Heladio Aguirre
Rivero ha enviado al Congreso Local una iniciativa de ley de avanzada, liberal,
de izquierda que busca regular una práctica oscura que ha dejado a 45 mil
mujeres como prófugas de la justicia al ejercer un atentado a la vida al haber
abortado. Las causas fueron violaciones, en el mayor de los casos. Ellas han sido valientes. Sus representantes
ante el Congreso son cobardes.
Se han refugiado en
las catacumbas y desde las mismas catacumbas la nueva inquisición les condena
al cadalso. De no haber abortado ellas
de manera ilegal, tendríamos 45 mil familias disfuncionales con los niños en la
calle limpiando parabrisas para comer un pan o, cuando menos, un pedazo de
tortilla. Presas de las pandillas o en los orfanatos de los pedófilos
confesionales.
¿Alguien recuerda al
Padre Borja y las causas por las que fue hecho preso en Acapulco? Nomás le
comprobaron agresiones sexuales a cientos de niños desamparados en un orfanato
religioso. ¿Quién es el valiente que dé cifras de abortos practicados en los
conventos para monjas?
Las religiones tienen
grandes coincidencias. Aman a Dios y le ponen por encima de todo. Son las
religiones impresionantes ingredientes para la cohesión social y de la buena
convivencia entre los seres humanos. Pero, en su práctica, los humanos le han
llevado al extremo y su fanatismo ha sido causa de las sangrientas cruzadas
para matar a miles de infieles; a masacrar a millones de nativos
americanos por herejes; a condenar al
comunismo del que dijeron en la primera mitad del siglo pasado “se comen a los
niños”.
Son los humanos cuando interpretan a Dios y
juegan a ser Él mismo quienes cometen semejantes atrocidades. Dios jamás lo
hizo, haría ni hará. Dios es amor.
Esos humanos jugando a
ser Dios condenaron al encierro a Galileo por sostener que la tierra no fue el
centro de la tierra y ella giraba en torno al
Sol. Le torturaron hasta obligarle a sostener que la tierra no se movía.
Hasta que le obligaron a decir que pensaba como ellos. Condena vil de la inquisición con sotanas que
representó al Dios de la Ignorancia. “Sin embargo se mueve”, dijo una vez
encerrado. Al paso del tiempo Dios le dio la razón. La tierra se mueve. ¿Le
volverían a condenar?
Los diputados locales
de Guerrero del Partido de la Revolución Democrática han mostrado su temor a los
que dicen ser representantes de Dios en la tierra y a su religión. Han hecho a un lado su
compromiso social. Negar el respaldo a la primera propuesta auténticamente de
izquierda enviada por el gobernador Aguirre les hace iguales a los
conservadores y confesionales diputados Héctor Apreza Patrón, Julieta Fernández
de Añorve, Alejandro Carabias Icaza o la señorita Oliva. Pasarán a la historia.
La pregunta aun es:
¿Con ley o sin ley terminarán los abortos?
La respuesta es de Galileo: “Y
sin embargo…”.
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