Hugo Falcón
Páez
Sólo hay un padre y una madre.
Verificando en los
anales de la historia, la creación del ser humano es una amalgama profunda de
pensamiento y sentimiento. Palabras y hechos sin comprender, al menos no para
el mundo en su totalidad. En nosotros vive el contenido absoluto de la Madre
Naturaleza. No hay ser más místico, evangélico, divino, científico, técnico,
social, metafísico, mundano, pecador, entre otros conceptos y significados.
Somos una antología genética que confronta el vacío del cosmos, pero no la
ausencia de vida en otros planetas del infinito Universo.
Así es. Hoy aquí en
este espacio, tenemos que reflexionar de dónde venimos y hacia dónde vamos, de nuestra
madre y nuestro padre. Igualdad desde hace milenios, no importando las
creencias, los tabúes, la religión, los dogmas, la raza o el lenguaje. El
inicio es el mismo, un denominador común entre cromosomas, moléculas, átomos.
Energía que predestina un ciclo por más unificado, y el rol de esos papeles
como personas, está en el núcleo de la sociedad que es la familia, pero fuera
de ello, sin cuestionamiento alguno, el amor es lo que de manera invisible
fortalece a la persona. Para así llevar cualquier ley, derecho y garantía a
cumplirse. En el aspecto de que los niños necesitan y deben tener un entorno
innegable, el cual es, compartir su vida con sus padres. La Organización de las
Naciones Unidas a través de la Unesco, informa que la obligación y necesidad de
convivencia es de los infantes hacia el padre o la madre.
La relación de
igualdad o semejanza debe estipularse en base al cuidado y protección de los
infantes, en el pleno de los marcos jurídicos, civiles y penales. Si bien es
cierto que la burocracia, la tramitología y el sistema hacen tedioso y en
ocasiones son oportunidades para dañar la contraparte, se debe considerar un
estudio agotador en este rubro. Porque se vela el futuro de un país, el valor
del ser humano de manera primaria se basa en la niñez, en la psique y soma, en
el apego, los recuerdos, el plan de vida que se pueda referenciar. Ya lo
sentenció el filósofo Pitágoras, educa al niño y no será necesario castigar al
hombre. El comportamiento de género ha tenido referencias de racismo,
ignorancia, odio, violencia, muerte. Por ambos lados, menos o más, somos
individuos frágiles y expuestos a los incidentes existenciales. Por otro lado,
la contundencia biológica y ética, las estadísticas y la documentación, son
partícipes del modelo a seguir. Habilitar claramente lo que son las buenas
costumbres, y a sabiendas que la convivencia de cualquier índole recae en el
plano moral, se debe analizar desde la legislación pertinente. La triangulación
que valdría la pena indicar, es la del Juzgado Civil, los abogados y los
padres. Pero en dichos renglones, la pereza, la corrupción y la deshonestidad,
son el cáncer terminal y galopante de la comunidad. Por eso, se deben adecuar
nuevas leyes y crear institutos de tiempo completo para resguardar la
integridad de los niños y el bienestar de los padres. Sí. Rediseñar o formular
nuevos campos de acción para fomentar la unión de familias dispersas, y que la
impotencia de padres agotados por la no obtención de justicia pronta y
expedita, sea lograda benevolentemente. Así como los que trabajan en ello, deben
sanear los parches institucionales, y elaborar estrategias dedicadas para el
bien y el futuro de la niña o niño. Es fundamental subrayar, que nadie
reemplaza a los padres, las dos figuras parentales son la opción óptima para
criar a nuestras hijas o hijos. Es la manera de conocer el mundo, de qué está
hecho y para qué sirve, es promover la higiene emocional y la salud
psicológica.
Separados o divorciados no es un proceso de ruptura parcial o
total, sólo hay gente que en su mediocridad y trauma no superan la frustración
y la pérdida. Factor predominante de vivir en un hogar donde el matriarcado o
patriarcado es enfermizo, cayendo en la alienación parental o codependencia,
esos tentáculos hieren a segundos y terceros. Por lo tanto, deben ser castigados
si corrompen y desacatan las órdenes civiles y/o judiciales. La simetría de la
vida es obtener la felicidad y la paz, transmitirla a la infancia, para
concretar la tarea de ser padres o madres, la tendencia social se estipula
desde los acuerdos de palabra hasta los de signatura por ley. Ejemplo, en el
estado de Guerrero tenemos una sede de atención integral para los casos
específicos de padres divorciados, es el Cecofam Guerrero, el cual fue
construido con estructura del Fondo Nacional para el Fortalecimiento y la
Modernización de la Impartición de Justicia en México.
Donde hay información,
servicios, cursos y talleres para ir más allá de la reparación o contrarrestar
el deterioro colateral. En Acapulco se encuentra el Centro de Convivencia Familiar
Supervisada o Cecofam Acapulco, de la Unidad de Atención Jurídica Integral, la
cual pertenece al Tribunal Superior de Justicia del estado de Guerrero. Su
directriz está en manos de la Lic. Libiet Elías Rivera, quien apoya muchas
aristas en casos críticos, bajo un reglamento y una postura neutral. Pero ahí
debe hacerse hincapié en la continua y justa participación de los actores, mantener
un cuadro eficiente, en el cual la tendencia sea la arquitectura de una buena
convivencia dentro y fuera de ese recinto.
La verdad dicha sea de paso, el fiel
reflejo del carácter y las ideas de un ser, son producto del amor hacia los
hijos, una herencia inquebrantable, lo demás es marketing y cuestión política.
Y queda cimentado desde los albores de la humanidad, que solamente hay un padre
y una madre.
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