Los bajos niveles educativos de los
trabajadores y trabajadoras, siempre habían sido el problema por el cual se les
dificultaban muchas cosas. Tal parece que por los esfuerzos de muchos de esos,
y por el apoyo que puedan haber dado las autoridades. Considerados éstos como
las “facilidades” para superar el rezago educativo, que siempre ha frenado el
buen desempeño de los cometidos de cada uno de los trabajadores y funcionarios.
Hoy que están en campaña política los
trabajadores del H. Ayuntamiento de Aca, vale la pena que los que aspiran a
dirigir y representar a los trabajadores piden apoyos, y logren concretar algo
mejor que cualquier estimulo disfrazado de
fortalecimiento económico. El cual se refleje en favor de la sociedad civil,
estos beneficios deberán ser conquistas que beneficien más aún a las mujeres
que han sido el eje central de la educación familiar.
Por años hemos vivido en un matriarcado
por la falta de interés de los hombres en tomar las riendas de la educación de
sus hijos, ahora que las mujeres presumen de haber logrado (muchas de ellas, no
todas) mayor igualdad que los hombres, se nota más el desbarajuste familiar,
porque en lugar de reflexionar en lo que es la UNIDAD DE LA FAMILIA se van por
la tangente, y se divorcian, generando con ello un sinfín de problemas que
incentivan la desintegración familiar.
Ganar conquistas que favorezcan mayor
número de horas para fortalecer la unión familiar en el hogar, se reflejará en
la solidez de una sociedad que por ahora, está en serios problemas de
desintegración. Muchas madres divorciadas, muchos hijos en desconcierto se
puede evitar en gran parte, si ellas tienen más facilidades para dedicarle a
los hijos.
Quizá con ello y el refuerzo de
acciones educativas y culturales en favor de la familia, nuestra sociedad, se
fortalecerá, las mujeres podrán escalar
niveles superiores de capacitación para el trabajo y de mayor tiempo para dedicarles
a sus hijos y los hombres, a fortalecer su preparación profesional, técnica y vocacional.
Para lograr mejores niveles de ingresos por su trabajo, eso y no los
incrementos superficiales que se solicitan por medio de quienes desean escalar
posiciones de dirigencia sindical, que luego terminan en cabezas agachadas,
olvidándose del merecido respeto que los trabajadores suponen haber conquistado
y se olvidan del respeto que merecen como seres humanos en el trabajo.
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