Alfredo
Sarabia Radilla
Es preocupante en extremo, lo que actualmente se
está viviendo en la sociedad, de los ciudadanos de a pie. Factores nefastos y
negativos como la apatía, la abulia, la indiferencia, el “valemadrismo”
galopante pues, permean gachamente el sentir que rodea inevitablemente en el
entorno de nuestro desenvolvimiento vital.
Es obvio qué
me refiero a las situaciones anómalas e irregulares que afectan directamente a
la colectividad social de los mexicanos.
Debes saber,
qué los factores nefastos y negativos aludidos anteriormente, se viven y se
palpan, con intensidades diversas, y
ello dependerá del lugar en que
se manifiesta alguna problemática plural.
No obstante, se debe decir claramente, qué en unas localidades, esta situación es más colorida, mientras que en otras áreas de la geografía
mexicana, muy escasas por cierto, el color es tenue, pero existen muy contadas
excepciones, como en el D.F., concretamente en la colonia San Bartolo Ameyalco,
de la Delegación Álvaro Obregón. En este ambiente explicado en primer término, ubicamos algunos lugares de la parte baja del
municipio cafetalero de Atoyac de Álvarez, incluyendo la propia cabecera
municipal de la municipalidad en cuestión. Son tres ejemplos que bastan para
ilustrar vergonzosa y amargamente el tema que hoy ocupa este espacio, referente
a los factores en mención:
La
carencia absoluta y total de Agua
entubada en toda la cabecera municipal de Atoyac de Álvarez, durante más de
siete meses, tiempo en el cuál, hubo una evidente y patética muestra del “grueso”
de la población, para ejercer presiones al Ayuntamiento municipal la
observancia del vital liquido esfumado, salvo un reducido, pero valioso grupo
de personas organizadas, que nunca desfallecieron ante las eventualidades
observadas.
Esta visible y
dramática apatía de la ciudadanía atoyaquense, de una critica situación
directa, forma parte, de toda la manipulación escenográfica de la realidad que
se nos transmite grotescamente a través de
la Televisión mexicana, principalmente.
A partir de
entonces, tuvieron que transcurrir varios meses para que la gente construyera
dos puentes de manera provisional, ante la gran indiferencia y “sordera” patética del ayuntamiento municipal para
remediar el infortunio causado por los meteoros. Y como era de esperarse, nuevamente,
los ticuiseños se han quedado como en septiembre pasado, sin puente.
Una vez más,
se hizo presente la apatía y demás factores amargos, de la ciudadanía, pero
esta vez, de los ticuiseños.
La
carretera de El Humo.- Aquí también prevalecen los factores inicialmente
mencionados. No hay una expresión colectiva de la población para hacer realidad
una añeja, pero necesaria reconstrucción de esa importante vía de acceso.
Así, se puede
afirmar categóricamente, qué la apatía y la abulia, permean gravemente en el
patrón conductual de la Ciudadanía observada, pero que desgraciada y
desafortunadamente, es una situación que no se limita únicamente al Área
procesada.
Lo más grave,
es qué las Autoridades, se valen de este
tipo de cosas, para justificar su desprecio hacia sus gobernados…
HASTA PRONTO.
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