Celebro la presencia
del contador público Arturo González el día de hoy aquí en la Sala de Juntas
del Grupo Parlamentario, porque como ya lo ha comentado mi compañero el senador
Manuel Camacho, se viven momentos de una enorme trascendencia histórica, que en
cuanto a las decisiones que este Senado está por tomar.
Obviamente el tema
energético que es por su importancia económica, por su trascendencia histórica,
es una de las batallas jurídicas más importantes de la historia reciente.
Pero también estamos
discutiendo el tema de telecomunicaciones y es un tema en el que igualmente
-como logré escuchar en la presentación- pues los grupos de interés manifiestan
su capacidad de persuasión, su poder, su presencia y es ahí donde tenemos que tener
altura de miras y dimensión superior por el bien de la República cuando se
analice cada una de las leyes.
Y quiero solamente
enfatizar en el ánimo no solamente de lo importante que me parecen los
comentarios, sino cómo aprovechar esta presentación para construir una agenda
compartida en las fechas que siguen.
La verdad es que el
gran ausente en la Reforma Energética, cuando uno ha tenido la oportunidad de
revisarla, es el Artículo 21 transitorio; en el Artículo 21 transitorio en los
cambios constitucionales que se hicieron el diciembre pasado, pues se define
como unas de las prioridades más trascendentes, que la transparencia, que la
rendición de cuentas, que el combate a la corrupción, serán pues un eje
importante, un eje vertical de todo lo que es la discusión energética en las
leyes reglamentarias. Así lo plantea y así lo mandata la Constitución en ese
artículo transitorio.
Desafortunadamente
cuando uno revisa los textos pues son las frases que menos aparecen, y son los
instrumentos de análisis institucional que menos ocurren en las distintas leyes
que hoy se debaten, ya sea respecto al órgano regulador, ya sea la forma en la
que se toman las decisiones, ya sea en la forma en la que se realizan y
evidencian los contratos; hay enorme deficiencias en este ámbito.
Entonces, el primero
comentario yo lo quiero hacer porque con la experiencia que ha tenido el Contador
Público creo que tiene que ser parte de un equipo que vayamos engrosando y que
vayamos ampliando ¿para qué? para irle entrando en cuestiones que permitan, en
una legislación en la cual el PRD ha manifestado su rechazo respecto a un
planteamiento respecto al modelo, pues que permitan corregir lo mínimo
estructural que se tiene tener.
Digamos, es increíble
que no existan cambios estructurales para que los incentivos, por ejemplo, para
que no se caiga en actos de corrupción, no sean solamente respecto a
individuos, a las personas que puedan cometer el acto de corrupción en tal o
cual empresa.
La mayoría de los
sistemas de combate a la corrupción, y que buscan tener incentivos de combate a
la misma, pues hacen que la persona moral sea la que termine pagando cuando hay
un acto de corrupción, no el individuo que forma parte de la empresa, sino que
sea la persona moral.
Ahí está el caso de
SIMEX que recientemente fue motivo de un escándalo internacional y que tuvo
como eje troncal a Petróleos Mexicanos.
Me parece que ahí hay
un ejemplo muy puntual de dónde tenemos que avanzar en la revisión de la
legislación; el PRD pues ha estado en esta agenda, en la agenda de combate a la
corrupción como una de sus banderas y sus ejes prioritarios.
Yo escuché los
análisis respecto a la minuta que hoy se debate en la Cámara de Diputados; creo
que es perfectible sin duda alguna, no comparto del todo que ese sistema sea un
sistema que haya que rechazar del todo, pero obviamente en este compartir
ideas, pues la intención es que la ley cuando es perfectible lo podamos hacer,
pero sobre todo subrayar la importancia de que una minuta que ya sacó el
Senado, que lo que busca es una evolución en el sistema institucional de
combate a la corrupción, no se quede durmiendo el sueño de los justos ahí en la
Cámara de Diputados, donde permanece congelada casi más de un año.
Entonces, si tenemos
una minuta de esta naturaleza y hay cuestiones que se puedan corregir y
mejorar, me parece que tenemos que hacer una bandera común.
Obviamente nosotros
desde el Senado como Grupo Parlamentario, allá con los diputados, pero con la
experiencia que puede tener alguien como Arturo González, a mí me interesaría
mucho que lo podamos hacer.
Solamente subrayando
el eje troncal, digamos, de lo que hemos hecho en el Senado alrededor de esto.
Sacamos la autonomía
del Instituto Federal de Acceso a la Información; es muy difícil pensar en un
Sistema Nacional de Rendición de Cuentas, sino hubiéramos alcanzado eso, y se
alcanzó bien, al final del día se hizo el cambio constitucional, tomamos una
definición prácticamente por unanimidad en el nombramiento de quienes hoy
forman parte de ese instituto autónomo.
Y me parece que fue
un buen avance y hubo una muy buena dinámica en el Senado.
Sacamos la Ley
General de Contabilidad Gubernamental, que me parece que es un avance muy
transcendente; en la presentación escuchaba el gran ausente, del cien por
ciento del presupuesto pues nada más el 50 por ciento está ausente, que es el
que gastan los estados.
Entonces la Ley
General de Contabilidad Gubernamental, me parece que es un buen principio
técnico, de orden, de capacidad de generar eso, organización en las cuentas
públicas estatales, pero se requiere ir mucho más allá para tener un verdadero sistema
nacional de rendición de cuentas, y ahí es donde creo que el debate de esta
minuta que estoy comentando tiene una importante intención ¿Por qué? Pues
porque hace dos semanas, no solamente citar –lo hizo Manuel con mucha claridad-
latinobarómetros, los indicadores internacionales de Freedom House.
Hicieron un sondeo en
el INEGI, la verdad hay que revisarlo porque es sorprendente lo que opinan los
ciudadanos y las ciudadanas de a pie de nuestro marco institucional: 90 por
ciento, 88 - 90 por ciento, opina, según el INEGI del pasado 17 de junio, que
las instituciones más carcomidas y que están más penetradas de corrupción son
los ministerios públicos, las policías, y los partidos políticos.
Entonces, me parece
que es un recordatorio muy puntual de por qué esta presentación es fundamental
en términos del debate nacional, porque ocurre de manera muy oportuna y muy
pertinente de cara al debate energético que es uno de los ámbitos que pueden
definir a las futuras generaciones de nuestro modelo de desarrollo y pues es
una encrucijada, hacerlo de la forma tradicional con corrupción en los
liderazgos sindicales, con contratistas como en el caso de Oceanografía que se
lleven la tajada del león, dependiendo de con quién la lleven en el poder, o
tener una transformación verdaderamente institucional que haga que la riqueza
pues no concentre en unos cuantos bolsillos corruptos, sino que sea para el
bien de la nación.
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