Hugo
Falcón Páez
Amalgama de
sabiduría es tu corazón, mente y espíritu.
Hacer
el bien y lo correcto. Qué tal difícil puede ser, todo está dicho y hecho. Amor
es lo que necesita el mundo, estar conscientes de la vida no es respirar, o que
nuestro corazón está latiendo. Es una condición hacia nosotros mismos, cuando llega
un punto en el existir de cada quien donde se detiene el reloj. Entendemos que
las palabras fueron creadas por poetas, aquellos que crean y destruyen. Sólo si
van acompañadas de actos heroicos, de compasión, de entrega, de perdón, de
ternura, de cuidado y de respeto, se convierten en un mensaje de amor.
La
Navidad es un símbolo, y como tal es simple. Como el aire, la tierra, el agua y
el fuego. Estos días solemnes pretenden por siempre unir a familias o
parientes, amigos o enemigos, conocidos o desconocidos. Más allá de lo que se
pueda creer, se debe tener en la mente que el dios tiempo nos celebrará de
alguna u otra manera. No importan las religiones, ni los calendarios, ni los
recintos, ni las sagradas escrituras. Importa uno. Todo lo que constituya bien
para sí mismo y la humanidad, para conservar el patrimonio de nuestra entidad
en el Universo, es la industria que revoluciona y evoluciona en una
civilización. Lo demás es historia, criterios, opiniones, la oferta y demanda
de algo que puede venderse o comprarse. Son como el diablo, la muerte y cada
aliento de los perversos, de las obsesiones y celos que cada ente pueda
escupir.
Celebrar
que estás vivo al observar el firmamento y la luz del Sol, ¿no te hace razonar?
Por ello te invito a que diseñes benevolencia, no te dañes ni dañes, la máxima
que emana desde la morada de los nuevos significados. Los problemas se edifican
a través de un sistema que nos ata, esclavos del miedo, sólo es relevante la
supervivencia, el trabajo y el dinero. Asumimos tener prioridades cuando
atacamos diversos especímenes, cuando devoramos este planeta, cuando matamos
todo. La voluntad estriba en dar la mano y estrecharla tan fuerte, para que se
comunique tu esencia, y no mentir como un pecado capital o verbalizar la real y
absoluta verdad.
Un
mensaje sin sustento quizá es una sonrisa, pero para pocos, es el alimento de
los ángeles que nos da fuerza. Una palabra de aliento, es la que un padre o
madre puede darle a un hijo en desgracia. Un abrazo, es el significado de
hacernos útiles ante nosotros mismos. Un beso, es la potencia que nos rige como
personas. La mente brilla en la obscura brecha llamada rutina, sin embargo, el
conflicto no es lograr ser el número uno, tener éxito o ser el campeón. Es
conservar el espíritu en su mismo lugar. Qué tan fácil puede ser, si todo está
dicho y hecho. Hacer el bien y lo correcto.
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