Miguel Ángel Mata Mata
Breve
crónica de un gobernador con el bastón de mando de los comunitarios, una casa
nueva de justicia y un pequeño relato de que “Dios te Libre” existe.
Está en la Costa Chica que ya es territorio Telcel. De nadie mas.
Costa Chica.- En la carretera de Acapulco a
Pinotepa Nacional, cerca del kilómetro setenta, aparece El Porvenir. Luego
Vista Hermosa. Antes de Marquelia, aparece un letrero recién pintado: “Dios te
Libre”.
Nos rebasó una. Luego dos. Es tempranero convoy. Son
camionetitas blancas con la leyenda Dish. Allá hay un grupo. Acá otro. Sobre
los caminos, aparecen tríos o cuartetos con playeras de Telmex. Visitan casa
por casa. Ofrecen los servicios básicos de telefonía y televisión satelital.
--- ¿Y los del cable. Televisa. TV Azteca. Iusacel?”,
preguntamos. “Aquí no, joven. Aquí es territorio de Slim”, responden
dientes blancos enmarcados por el puchunco azabache. “Los
comunitarios nomás dejan pasar a los del señor Slim”. Con razón mi Iusacel no
tenía señal.
Bienvenidos, pensamos, a la región de los puchuncos. De los
chinqueques. De los chirundos. De los negritos. De las barrigas llenas. De la
artesa. De las chilenas. De las balas, los pistoleros y la guerrilla.
Bienvenidos a la Costa Brava de Guerrero. Bienvenidos a territorio Telcel.
LA COMUNITARIA
El sábado por la mañana el gobernador de Guerrero,
Rogelio Ortega, fue investido con el bastón de mando de las policías
comunitarias de las regiones Montaña y Costa Chica de Guerrero. El simbólico
bastón representa el mando entre las etnias del sur de México. Rogelio es,
simbólicamente, el comandante supremo de ellos.
En San Luis Acatlán entregó flamantes instalaciones de la
Casa de Justicia de las policías comunitarias. Costó cinco millones de pesos.
Abrió la puerta a inconformes que exigen la libertad de presos, considerados
políticos. Limpió el impotente llanto del hermano de Marco Suástegui, opositor
a la construcción de la presa La Parota en Acapulco. Prometió ir a Nayarit
y promover la libertad de Nestora Salgado, comandanta comunitaria de
Olinalá, saludó a la hijita de esta y tramitó una denuncia por supuestos abusos
de los propios comunitarios.
La Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias, se ha
dividido. En San Luis Acatlán se reunieron con el gobernador quienes exigen
reactivar las averiguaciones en contra de Eliseo Villar Castillo, acusado del
desvío de 740 mil pesos. Eliseo ha sido, también, autor de la persecución a
periodistas en la región. Ha decomisado hasta en diez ocasiones las ediciones
del periódico El Faro y ha amenazado de muerte a sus reporteros y editores.
Francisco Félix, vocero de la CRAC, exigió al gobernador la
presentación con vida de los 42 normalistas desaparecidos el 26 de septiembre
en Iguala; la libertad a los dirigentes de la Policía Comunitaria;
cancelar 60 órdenes de aprehensión contra jefes comunitarios y la libertad de
Nestora Salgado y Marco Suástegui, considerados presos políticos; juicio
político y castigo al gobernador con licencia Ángel Aguirre Rivero y pidieron
la renuncia del presidente Enrique Peña Nieto.
El gobernador firmó un convenio de colaboración entre su
gobierno y las policías comunitarias. Entregó la nueva casa de justicia al
grupo encabezado por Abad García e hizo un llamado a policías
comunitarias, a grupos de autodefensa y al Sistema de Seguridad y
Justicia Ciudadana, “a trabajar sin divisiones”.
IRRUMPE ACTO DEL GOBERNADOR
Integrantes del Cecop y mujeres de Olinalá irrumpieron en el
evento. Exigieron a gritos la liberación de Marco Antonio Suástegui Muñoz y
Nestora Salgado, considerados presos políticos.
--- “Todo mundo sabe que eres asesino”. “Marcos aguanta el
Cecop se levanta”. “CECOP, justicia y libertad a Marco Antonio
Suástegui”. “Solidaridad con Ayotzinapa”. “Libertad inmediata a Nestora”. Se
leía en sus mantas.
--- “Todos tienen derecho a manifestarse libremente y son
bienvenidos”, atajó el gobernador y respondió a quienes exigen liberar a
políticos hechos presos: “Yo no los metí a prisión. Pero yo si los voy a
sacar”. “Estamos en la ruta de los derechos humanos. Estamos en la ruta de los
pueblos originarios”, concluyó.
LA CONTRA
El 15 de noviembre los policías comunitarios de la Casa de Justicia
matriz de San Luis Acatlán desarmaron y detuvieron a ocho “pseudo policías”,
entre los que se encontraban los de Cuanacaxtitlán. Les acusaron de haber
participado en el enfrentamiento, extorsiones y otros delitos por órdenes de
Eliseo Villar Castillo.
El 23 de noviembre del año pasado, la CRAC de San Luis
Acatlán informó que no liberaría a los seis policías detenidos de
Cuanacaxtitlán por ser cómplices de Villar Castillo y porque la asamblea
regional ya los había juzgado.
Las esposas de esos presos se manifestaron frente al
gobernador, el sábado. Se colocaron frente al presídium durante la intervención
del coordinador, Sabás Aburto Espinobarros, y mostraron cartulinas
con sus demandas donde se leía, “Liberación inmediata de los detenidos de
Cuanacaxtitlán, Benito Dircio Solano, Juan Roberto, Alfonso Bernal, Rafael
Dolores, Gerardo Dolores, Valente Fabián y Faustino Ramos. Presos sin ningún
delito real”.
En otra cartulina se leía “Cuanacaxtitlán exige justicia no
venganza política por parte de la CRAC-PC de Abad García. Atienda nuestro
llamado gobernador”, y “Al pueblo se le convence con sus acciones no se le
somete con violencia. Libertad y Justicia”.
Fueron atendidas. No se supo si serán liberados sus maridos.
Se retiraron.
HISTORIA DE UNA DIVISIÓN SANGRIENTA
A principios de noviembre los grupos de policías encabezados
por Abad García y Eliseo Villar se enfrentaron a balazos a las afueras de San
Luis Acatlán. Villar Castillo habría instalado un retén no autorizado. El saldo
fue de dos heridos.
El 12 de noviembre, pueblos integrados a la CRAC-PC afines a
la casa matriz se apoderaron de las instalaciones que utilizó Villar. Un día
después condenaron a Eliseo y sus seguidores. De volver al pueblo serían
detenidos y reeducados.
Los de la comunitaria buena, encabezados por Abad García,
acusan a los de la comunitarias mala, de Eliseo Villar, de ser delincuentes.
Los de Villar dicen lo mismo. A Villar le apoya el ex gobernador Ángel Aguirre,
dicen. A García le apoya Ortega, también dicen.
LA COSTA BRAVA
¿Quién recuerda al Zanatón? ¿Al Animal? ¿A Genaro?
Pistoleros y guerrilleros le han dado este sensual encanto a la Costa Brava, a
la Costa Chiuca de Guerrero. “El Animal” de San Marcos, épico pistolero fue
convertido en leyenda a fuerza de los corridos. Genaro Vásquez Rojas, es el
auténtico héroe de los comunitarios, a fuerza de valor y tesón de sus ideas.
Ambos son apenas la imagen en close up de la endémica
violencia que se baila en la artesa y se canta al ritmo de las chilenas, en
éste bello girón de Patria donde “nito” es hermanito y el origen étnico se
descubre con los chirundos, los chinqueques o los puchuncos.
Para llegar a San Luis Acatlán, donde dejó su ombligo entre
cafetales Genaro Vásquez, hay que pasar por pueblos con nombres sin origen.
Copala, por aquello de que “vamos a La Copa”. Cruz Grande, por lo de “vé a
donde hicieron la Cruz Grande”; o la bella historia de un nombre impuesto a un
pueblo, Marquelia, por aquello de que a la llegada de la primer rocola al
rancho sus botones musicales tan solo podían ser marcados por Elia, la hija del
ganadero mas rico: “Que Marque Elia”.
MAS VALE AQUÍ CORRIÓ QUE AQUÍ QUEDÓ
He de aclarar que esta crónica de oídas se redactó de lejos.
El 13 de diciembre un grupo de periodistas fuimos condenados por una asamblea
popular en Tlapa. Nos condenaron por el delito de reunirnos. Nos golpearon,
humillaron, secuestraron y liberaron luego del pago de tres mil pesos.
Amenazaron con llevarnos a la casa de justicia de San Luis Acatlán.
El sábado 24 de enero fui invitado a San Luis Acatlán a una
gira del gobernador. Jamás imagine que el acto público del gobernador sería
precisamente ahí, a donde nos llevarían a pagar por el delito de
reunirnos. ¿A quién se le ocurrió invitarme conociendo el antecedente
de Tlapa? No lo se. Pero, como dicen por ahí. “Las cosas pasan por algo,
zanca”. “Dios sabe porqué hace las cosas, nito”.
Yo bajé de dos zancadas. Encaré al guía de los periodistas.
“¿Crees que estoy pendejo?” Le dije. “¿Cómo crees que voy a entrar a la Casa de
Justicia de los comunitarios?” “Son los que nos secuestraron en
Tlapa”. “No te va a pasar nada”, respondió con los hombros arriba, las palmas
al cielo y sus cejas arqueadas. “Gracias”, le dije. Me fui.
Luego pasó todo. En la esquina de la boca calle apareció de
inmediato un taxi. Me llevó a Marquelia. Antes de bajar apareció otro taxi.
Nomas dos pasos di y estaba en el otro auto. Puedo jurarlo. Todo se dio asi.
También puedo jurar que cuando regresaba por la carretera apareció un letrero:
“Dios te Libre”. Lo juro.
“Dios te Libre” es un pueblo nuevo. De allá, hacia acá.
Luego aparece Vista Hermosa y luego El Porvenir. Lo juro: Dios me libró de
encarar a quienes, en Tlapa, me amenazaron con encerrarme en la casa de
justicia de San Luis Acatlán.
--- “Dios te libre”.
Cosas de la vida. “Asi se llamó al pueblo porque ahí
asaltaban mucho. Así que cuando ibas para allá todos te decían eso: Dios te
libre. Y así se le quedó”, cuentan labios gruesos enmarcados por
negros cachetes de puchuncos que a veces posan chinqueques y a veces chirundos.
--- “Dios me libró”
Del diccionario de Costa Chica.
1) Chinqueque: Estar boca abajo
sostenido en cuatro puntos: ambas manos y pies de rodillas.
2) Chirundo: Encueradito, como Dios
te trajo al mundo.
3) Puchunco: Pelo ensortijado a tal
grado que ni el agua le entra.
4) Zanca: amigo.
5) Nito: hermanito.
6) Artesa: cajón de madera
rectangular donde se bailan las chilenas. A veces volteaban las lanchas y
bailaban encima de ellas.
7) Chilena: bellas melodías tocadas
con guitarras por hábiles dedos en la región de la Costa Chica de Guerrero.
Evocan sonidos de mar, amor, desamor y ritmo. Nada de violencia.
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