AYOTZINAPA: 103
DÍAS DE ZOZOBRA E INCERTIDUMBRE
Alfredo Sarabia Radilla
Han transcurrido 103 días del infausto
evento de los homicidios y desapariciones forzadas de estudiantes normalistas
de Ayotzinapa y aún no hay nada que conlleve a transparentar, ni para bien, ni
para mal, los terribles sucesos maquiavélicos ocurridos el 26 de septiembre en
Iguala,, que han marcado tristemente la vida en muchos hogares mexicanos,
básicamente guerrerenses.
En este lapso de tiempo, ha sido constante
y pertinaz la lucha que han desarrollado diversos sectores de la sociedad,
diversas organizaciones sociales y padres y madres de familia de los muchachos
desaparecidos, por esclarecer el rumbo criminal observado en la ciudad de
Iguala, pero han sido principalmente los padres y madres de familia de los
jóvenes estudiantes desaparecidos, directamente involucrados en la enrarecida y
malévola situación, los que han venido marcando la pauta de este bregar,
caracterizado por la sordera y la invidencia patética y diabólica del gobierno
federal para lograr dar una respuesta
satisfactoria al vendaval infernal que ha mantenido en la angustia y la
zozobra a muchísimos mexicanos y
extranjeros interesados en el asunto que ha inferido dramática, económica,
laboral, y significativamente en el diario acontecer de los guerrerenses en
general.
En esta denodada e incansable querella por
encontrar a los muchachos normalistas, ha habido de todo, lo más, mentiras
oficiales provenientes de la PGR, pero menos la noticia esperada, la noticia
que se quiere saber: ¡Qué están vivos los estudiantes!
Es claro que esta situación, se le salió de
control al orquestador de este funesto enredo y ahora, no saben cómo hallar una
salida al problema que mantiene pendiente de un hilo la estabilidad social, el
cual, podría romperse de un momento a otro, lo que de observarse, no convendría
a los diversos sectores sociales, sobre todo a los pudientes y a los
privilegiados.
Se debe pugnar fehacientemente, por
encontrar una luz que alumbre brillantemente el camino de esta odisea criminal
no esperada jamás por los jóvenes estudiantes normalistas involucrados feamente
en esta turbiedad asesina.
En este recorrido en busca de los
normalistas desaparecidos, se ha arribado al señalamiento del Ejército
Mexicano, lo que sin duda viene a darle un ingrediente de mayor riesgo y
peligro al movimiento, lo que de alguna forma, significa mayor oscuridad y
opacidad en este asunto, pues sabemos cómo se la gastan los altos mandos para solucionar los eventos contrarios al sentir
gubernamental.
Pero, independientemente de ello, debemos,
como sociedad, exigir la justeza ya, a este ambiente enrarecido que lleva 103
días.
No se vale para nada, descargar culpas en
todos aquellos que están inmersos en la búsqueda, con sus diversas modalidades
de lucha de las penas pasajeras ocasionadas; por tanto, no se debe soslayar,
que estas, tan solo son los efectos de la voracidad maquiavélica de unos
cuantos que permanecen bajo las sombras, y solo para conservar sus privilegios
patéticos e inhhumanos… HASTA PRONTO.
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