Hugo Falcón Páez
Cuando pierdes una guerra lo mejor
que debes hacer es refugiarte en el silencio.
La
impugnación es una facultad otorgada en cualquier acto jurídico y se habilita
para lograr la revisión de una sentencia. La oposición de un ideal o un
propósito nos lleva a pelear contra el rival, los obstáculos serán por siempre
los que se efectúan en el interior para cada quien o cada cual. Aplica en todo.
Esa es la pugna que se debe vencer, primordialmente. La estratagema se vuelve
frustrante cuando no se obtiene el resultado óptimo. Ahora bien. En Guerrero
tenemos que decir no a la furia de un grupúsculo. La hostilidad puede alcanzar
puntos irreconocibles en la entidad, en cada municipio y para cada habitante de
estas tierras sureñas. No dejemos ir el razonamiento e invitemos a mitigar el
desasosiego.
En este
proceso electoral federal intermedio, el Instituto Nacional Electoral y el
Instituto Electoral y de Participación Ciudadana del Estado de Guerrero,
lograron la difícil tarea de desahogar unos comicios plagados de adversidades.
Con pendientes aún que recaerán en tiempo y forma. Hay algunos nudos ciegos qué
desanudar de aquí al martes 27 de octubre del presente, fecha en que Héctor
Astudillo Flores será gobernador de Guerrero. Uno de ellos lo reclama el líder
nacional del PRI, César Camacho Quiroz. En el que invita a su homólogo
perredista a admitir la derrota y ponerse a trabajar. Y enfatizó. “Son
declaraciones irresponsables, temerarias, inoportunas y fuera de tiempo. Por
qué esta denuncia, que no sólo es política y mediática, se tendría que hacer
una denuncia penal. No se puso en conocimiento de las autoridades competentes
para que se hicieran cargo de esta investigación, y lo hacen, justamente, como
una expresión de despecho político, una vez que el voto no les favoreció”. Ya
que una fracción del PRD en Guerrero, acusa al gobernador electo de los
guerrerenses de tener nexos con el crimen organizado. Este asunto no es grave
para uno, sino para todos los que necesitamos hacer el bien en nuestro estado.
Así entonces, pareciera que Carlos
Navarrete Ruiz, presidente nacional del Partido de la Revolución Democrática, funge
como el nuevo jefe del Departamento Jurídico de dicha organización. Porque ha
sido vocero en el entendido de que algunos candidatos fueron arraigados por la
fuerza para no hacer campaña, y que fueron víctimas de amenazas después de la
jornada electoral, incluyendo a su candidata a
la gubernatura. Por ello, han presentado el miércoles pasado una denuncia
formal en la Procuraduría General de la República. Asentó también, como si
tuviera un oráculo en mano o fuera integrante de una incipiente revuelta, que
si no hay una intervención inmediata de la autoridad federal, de acuerdo a su
mapa de riesgos en las diversas regiones de Guerrero, se pudiera estar
lamentando una grave condición tal como el peor momento de Michoacán. Es
entonces que Navarrete Ruiz ha tenido mucha actividad, pues presentó una
denuncia en la PGR contra un grupo delincuencial, en conjunto con el candidato
a la jefatura de Cuajimalpa, quienes según son responsables de ataques contra
miembros de su partido en esa delegación del Distrito Federal. Así como una
denuncia de hechos contra Adrián Rubalcava, candidato del PRI a diputado local,
por los delitos de portación de arma, disparo de arma de fuego y homicidio en
grado de tentativa. Aunado a esto, está la acusación contra el gobernador de
Veracruz, Javier Duarte de Ochoa. Por “contaminar” las elecciones a través de
la imposición de funcionarios del INE, y cuestiona quién imprimió las boletas,
las tachó y depositó en las urnas. Más lo que se acumule en estos días en
cualquier parte del país.
Para tales
efectos contrastantes, el militante del PRD y presidente del Senado, Luis
Miguel Barbosa. Indicó que su partido político no sirve como está, pues aleja a
la gente, no la acerca. Ni mucho menos para Miguel Ángel Mancera o para
cualquiera que busque aspirar a la Presidencia de la República en 2018.
Adelantó que promoverá una transformación o el impulso de candidatos independientes,
después de la lección recibida en la jornada electoral del 7 de junio. Ante
esta tunda, se adiciona lo que afirmó Adolfo Orive Bellinger, diputado federal
del PT. “Los partidos de izquierda han dejado de serlo, al carecer de ideología
y convertirse en meras empresas de colocación, que escogen como candidatos a
quienes les garanticen mayores ganancias, por medio de clientelas de votantes”.
Lamentó la fragmentación de Morena, Movimiento Ciudadano, PT y PRD, ya que los
cuatro sumaron 11 millones 248 mil 381 votos, casi medio millón debajo de lo
que obtuvo el Partido Revolucionario Institucional.
Es nítido observar a través
de la vida política del país, de Guerrero y de Acapulco, qué presencias hacen
daño, quiénes traicionan a sus compañeros, cuándo mienten para beneficio propio
y por qué continúan en pugna.
0 Comentarios