Noé Ibáñez Martínez
La inseguridad y la violencia si bien no son recientes ni
exclusivos de un estado o nación, en este caso de Guerrero, sí debe preocupar y
ocupar a los gobiernos en turno en establecer los mecanismos necesarios para
garantizar la integridad de sus habitantes.
Tras los hechos violentos en Iguala en 2014, la
confiabilidad de la información oficial que ha reportado en cuanto a las tasas
de homicidios y delitos con violencia, se ha puesto en duda y se cree que el
índice continúa subiendo.
En esta semana, el Instituto por la Economía y la Paz,
con sede en Sydney, Australia, principal organismo en el mundo que se dedica a
analizar el índice de la paz, cuantificar el costo de la violencia y el nivel
de riesgo en cada país, reveló que se mejoraron los niveles de paz en algunos
estados y en otros se incrementó el índice de homicidios en los últimos años.
Los estados mejor calificados son: Hidalgo, Yucatán,
Querétaro, Campeche, y Tlaxcala. Y los más violentos son: Guerrero, Morelos,
Sinaloa, Michoacán y Guanajuato. En cuanto a ciudades, las más violentas son: Culiacán,
Chilpancingo, Tecomán, La Laguna (región) y Acapulco.
El Índice de Paz México 2015 indica que Guerrero es el
estado más violento, esto se debe principalmente a su alta tasa de homicidios,
de delitos violentos y de delincuencia organizada que están por encima de la
media nacional; e incluso, hay indicios de que el nivel de violencia en Guerrero
tocó techo, con pequeños aumentos año a año.
A diferencia de la mayoría de los estados del norte que
también han sufrido de altos niveles de violencia por el tráfico de drogas,
Guerrero es relativamente pobre. Tiene el PIB del cuarto per cápita más bajo de
cualquier estado en 2007, y tiene también una puntuación muy pobre en el Índice
de Desarrollo Humano de las ONU, en el que tuvo el tercer peor puntaje en 2014.
Además, en los últimos 12 años Guerrero ha sido uno de
los cinco estados más violentos y es el único estado con dos zonas metropolitanas
clasificadas dentro de las cinco menos pacíficas: Chilpancingo y Acapulco.
Chilpancingo tiene la tercera tasa de homicidios más alta
de las zonas metropolitanas del país, con 57 homicidios por cada 100,000
habitantes durante el periodo comprendido entre 2011 y 2013. La cifra es 74%
más alta que el promedio metropolitano y equivale a la decimoquinta tasa de
homicidios más alta de cualquier ciudad del mundo en 2014.
Además, la tasa de delitos con violencia es de 9,277 por
cada 100,000 habitantes lo que representa la decimoquinta más alta a nivel
internacional y 29% más alta que el promedio metropolitano.
De las tres categorías de delitos con violencia —robo,
asalto y violación— robo representa 54% de los delitos registrados, asalto el 45%
y violación el 1%. Al igual que la mayoría de las zonas metropolitanas, el robo
con violencia es el mayor componente de los delitos de este tipo; sin embargo,
en Chilpancingo también los asaltos constituyen una proporción relativamente
alta de la tasa de delitos con violencia.
Acapulco es la quinta zona metropolitana más violenta en
el país. Se clasifica entre las seis zonas metropolitanas con las cifras más
altas tanto de homicidios como de delitos con violencia. Su tasa de delitos con
violencia es cerca del doble del promedio metropolitano y su tasa de homicidios
es cercana al triple de dicho promedio.
Contrario a la tendencia registrada en la mayoría de los
estados del país, la tasa de homicidios en Acapulco ha aumentado
considerablemente en los últimos años.
Entre 2011 y 2012 hubo un promedio de 100 homicidios al
año en Acapulco. En 2013 la cifra aumentó ocho veces, a 900 homicidios al año,
lo cual equivale a una tasa de más de 100 homicidios por cada 100,000
habitantes.
Si bien la tasa de delitos con violencia de Acapulco es
relativamente alta, se han presentado algunas mejoras en los últimos tres años,
con una baja de 8% en los robos y de 18% en los asaltos entre 2011 y 2013.
¿A qué se debe este nivel de violencia?
Según un análisis de 58 indicadores a nivel estatal, la
violencia en México se relaciona sobre todo con la mala gobernanza, las altas
tasas de corrupción, y los bajos niveles de capital social y calidad de vida.
hist23@gmail.com
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