La modernización de México durante los años cincuenta
transformó la vida de la sociedad y de manera destacada el papel de la mujer.
Esos cambios se ven plasmados en un cine mexicano que en aquella época centró
muchas de sus temáticas en plasmar una novedosa imagen de la mujer, una que ya
no jugaba un papel meramente maternal y obediente, sino que trasgredía las reglas
establecidas.
Esta evolución de las representaciones femeninas en el cine
mexicano, aunque parecía distinta, más audaz o liberadora, en el fondo seguía
regida por una ideología principalmente patriarcal, así lo aseguró la doctora
en Antropología Social, Patricia Torres San Martín, durante su
conferencia ¿Mujeres audaces del cine mexicano de los años 50?, que
ofreció este 15 de julio en la Sala 4 de la Cineteca Nacional.
La charla formó parte del ciclo de conferencias Miradas al
cine mexicano, coordinado por el Departamento de Extensión Académica de la
Cineteca Nacional y la Academia Mexicana de la Historia.
Investigadora docente de la Universidad de Guadalajara,
Torres San Martín compartió con el público el extracto de su investigación
acerca de las representaciones femeninas en el cine mexicano de los años
cincuenta, enfocándose en el análisis de tres películas de la época: La
fuerza del deseo (Miguel M. Delgado, 1955), La Diana cazadora (Tito
Davison, 1956), y La dulce enemiga (Tito Davison, 1957).
Aunque cosecharon un considerable éxito en las taquillas
nacionales, estos tres filmes fueron fuertemente censurados o prohibidos en su
tiempo por su contenido erótico o el uso de desnudos. Sin embargo, de acuerdo
con la investigadora, estas cintas "más que hacer uso de estos recursos
tan escandalizadores con el fin de representar a las mujeres como personas
audaces o trasgresoras, con un papel más destacado en la sociedad, sólo jugaban
con el voyerismo del público".
"Las devoradoras de hombres es el título que obtuvieron
estos personajes femeninos en cintas que más que enaltecer el cuerpo femenino o
reivindicar la nueva independencia de la mujer, sirvieron como recursos
aleccionadores", comentó la especialista para explicar que todas las
mujeres trasgresoras en estas películas tenían un final terrible, así como los
hombres que se involucraban con ellas, con el fin de establecer una moraleja
patriarcal y moralista.
Alternando la presentación de fotogramas y fragmentos de
estos largometrajes, la investigadora planteó cómo su puesta en escena denota
"una doble carga semántica, pues por un lado se muestran más atrevidos y
reveladores usando los primeros desnudos del cine, pero continuaban basándose
en una penalización de la rebeldía de la mujer".
Para complementar la ponencia, al final de la charla se
proyectó La Diana Cazadora, obra del director Tito Davison y protagonizada
por una joven Ana Luisa Peluffo. La cinta "más que tener un verdadero
valor cinematográfico se caracteriza por el desnudo completo de Ana Luisa, que
aunque permaneció censurado muchos años, fue el único 'atributo' de la
película", compartió la investigadora.
Con este ciclo de conferencias sobre cine mexicano, que
continuará durante el segundo semestre de 2015, se busca invitar al público a
reflexionar sobre una variedad de tópicos relacionados con el cine de nuestro
país. Incluye tanto temas históricos como de género y cada conferencia estará
acompañada de la proyección de una película mexicana.
La siguiente charla, El cine fantástico mexicano tendrá
lugar el 29 de julio, a cargo de Carmen Elisa Gómez y contará con la proyección
de El vampiro (1957), de Fernando Méndez.
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