Averígüelo
Vargas : Enrique Vargas Orozco
Realmente
podría hacerse una recuento de muchas actividades negativas que prevalecen en
el estado y se encontraría que en muchas de ellas Guerrero ocupa la primera
posición, porque los dos gobiernos perredistas nos dejaron el “primer lugar de
todo lo malo y el último lugar en todo lo bueno”, como lo definió Héctor Astudillo
Flores, quien habrá de gobernador la entidad a partir del 27 de octubre
próximo, para corregir esa mala tendencia que le dejaron los anteriores.
Ahora,
el nuevo “galardón” se logró para colocarnos en el primer lugar nacional, por
las 38 agresiones a periodistas en sólo seis meses, lo que daría un poco más de
6 agresiones por mes, según información manejada por la Oficina del Alto
Comisionado de la ONU en Derechos Humanos, que especificó que se trata de 17
agresiones físicas y materiales, según la información recabada por la
organización Artículo 19, radicada en Londres.
Además
se contabilizan 18 amenazas y con 38 casos Guerrero fue el que registró el
mayor número de problemas, con lo que
queda adelante de otras entidades donde el número de medios y por lo mismo de
comunicadores o periodistas es mucho mayor y aun así registraron menos casos,
como en el DF, con 33, seguido por Puebla con 29, pero Veracruz es el más
peligroso, pues se dieron 18 asesinatos, cometidos del año 2000 a la fecha,
situación que no se presenta en una proporción semejante en ningún otro lugar
del país ni del mundo.
Los
municipios con más agresiones contra los
comunicadores fueron Acapulco, Iguala, Tixtla y Chilapa, especialmente este
último que también fue calificado como uno de los más peligrosos del país para
los periodistas.
La
mayor parte de las agresiones surgieron del crimen organizado, aunque también
se dieron en las elecciones recientes, especialmente en lugares donde la
violencia estuvo presente entre los grupos que contendieron electoralmente.
El
periodismo nunca ha dejado de ser una profesión de riesgo en el país y en el
mundo, especialmente en entidades como Guerrero, por la amplia presencia de la
delincuencia organizada, en su lucha por el control de las plazas, como los
centros de diversión que son espacios propicios para las actividades que
desarrollan, pero también en lugares ubicados en las rutas que utilizan esos
grupos violentos para transportar las drogan que manejan.
La
inseguridad, está claro no es sólo para los periodistas que muchas veces quedan
colocados en medio de los grupos violentos, sean de la delincuencia o de los
grupos que tratan de imponer sus puntos de vista a la sociedad o a otras
corrientes con las que no coinciden.
No
se ve cuál es el camino para terminar con la violencia en Guerrero, porque es
un problema social con honda raigambre, que difícilmente puede ser erradicada
con acciones punitivas de la policía y las fuerzas armadas, sino que requiere
de acciones y programas de desarrollo social que atraiga a los jóvenes y otros
integrantes de la sociedad a las actividades productivas legales y los aleje de
la ganancia fácil de la delincuencia, que sólo tiene dios caninos: la muerte y
la prisión.
SIGUE
LA DIVISIÓN EN EL PRD; CARLOS REYES HARÁ SU PROPIA “TRIBU”
Mientras algunos hablan de la necesidad de unificar a la izquierda en un solo frente para volver a ganar algunas elecciones y recuperar la gubernatura del estado, como lo planteó Adrián Wences Carrasco, dirigente estatal de Movimiento Ciudadano, otros, como el ex dirigente estatal del PRD, Carlos Reyes Torres, decidió separarse del Grupo Guerrero, para formar su propio grupo o su propia “tribu”.
Mientras algunos hablan de la necesidad de unificar a la izquierda en un solo frente para volver a ganar algunas elecciones y recuperar la gubernatura del estado, como lo planteó Adrián Wences Carrasco, dirigente estatal de Movimiento Ciudadano, otros, como el ex dirigente estatal del PRD, Carlos Reyes Torres, decidió separarse del Grupo Guerrero, para formar su propio grupo o su propia “tribu”.
Las
confrontaciones y rompimientos se generaron en derredor de la derrota que
sufrió la candidata de ese partido, Beatriz Mojica, con quienes se mantuvieron
aliados el dirigente estatal, Celestino Cesáreo y Carlos Reyes Torres, ambos
integrantes destacados del Grupo Guerrero que controla David Jiménez Rumbo,
quien ahora se manifestó por la alianza de la izquierda con MC, con miras a la
elección del 2018, cuando se disputarán las diputaciones locales y federales,
las senadurías y las presidencias municipales.
Lo
que ocurre es que en la izquierda hay muchos líderes o que creen serlo, por lo
que antes que unirse con grupos semejantes, prefieren hacer su propio especio
de poder, porque la consigna es “mejor cabeza de ratón que cola de león”.
En
esa actitud se coloca ahora Carlos Reyes Torres, quien estima que ya está en
condiciones de crear su propio feudo dentro del perredismo estatal, con el
apoyo de su hermano Crescenciano Reyes Torres, quien entra como diputado en la
LXI Legislatura, como también lo hará Carlos, que llega con una diputación
plurinominal, lo que se ganó como ex dirigente estatal del partido amarillo.
El
Grupo Guerrero surgió de la corriente que dejó Armando Chavarría y que
dirigieron David Jiménez, Carlos Reyes y Celestino Cesáreo, quien dieron y
repartieron hasta que la derrota en la elección los divide y cada quien agarra
camino por su lado, lo que necesariamente fracciona, divide y debilita al PRD,
que podrá quedar como uno más de los partiditos que aquí pululan, con el riesgo
de ser superado por Morena, “el partido de un solo hombre”, lo que no resulta
nada benéfico para el impulso de la democracia en Guerrero.
evargasoro@yahoo.com.mx
0 Comentarios