Presenta Julián Pablo su muestra Arte y fe






Julián Pablo, fraile dominico, increíblemente inquieto y sensible: Actor, cineasta, pintor, escultor, arquitecto... es un hombre que cree que “la belleza es lo que mueve al mundo”.

Restaurador del coro y del altar mayor del Convento de Santo Domingo en el Centro Histórico, es considerado por quienes lo conocen como un hombre humano y perceptivo, lo que le ha permitido al teólogo Julián Pablo presentar su obra: Arte y fe, misterios que se develan en cada espectador..., muestra que congrega desde la Última Cena hasta el Cáliz plasmado en toda su intensidad poética.

Gran amigo del cineasta Luis Buñuel, el también artista plástico cosechó buena amistad con Octavio Paz, Carlos Fuentes, José Luis Cuevas, Carlos Prieto, entre otros. “Me tocó la suerte de que así como nadie sabe qué es la verdad, todos sí sabemos que es la amistad”, comentó en su mensaje a los asistentes a la inauguración de Arte y fe.

Licenciado en Filosofía por la Universidad de Caldas de Besaya, en Santander, España, y de Teología por Le Souchoir, de París, Francia, ciudad donde realizó el filme El vientre de la ballena (1969), alentado por el cineasta Luis Buñuel, de quien dice: “Él era como mi maestro, mi padre, mi amigo, fue todo para mí. Y creo que fui su mejor amigo, hasta los últimos minutos”.

Se ordenó sacerdote en 1963 y continúo sus estudios en París, se desempeñó como arquitecto y profesor de la Facultad de Arquitectura en la UNAM durante 10 años, además de profesor de guionismo en la Universidad Iberoamericana.

Como arquitecto realizó el proyecto y construcción del Centro Universitario Cultural de la Universidad Nacional Autónoma de México, entre otros proyectos.

Dirigió El laberinto de la soledad (1989, con guión de Octavio Paz) y la serie televisiva El alma de México (2000, con Carlos Fuentes como narrador), así como La leyenda de Rodrigo (1981), estelarizada por la actriz Fanny Cano.

En el Convento de Santo Domingo, en el Centro Histórico tiene su casa y su maravilloso estudio que resguarda gran parte de su obra artística.

Más que de mi obra, de mi vida tengo una frase, citando a Dostoievski cuando escribió una carta a su amiga estando preso en una cárcel de Siberia. . . “soy hijo de la duda, de la desesperación, de la angustia; y en estos momentos difíciles he recibido la luz y entendí que alguien me ama y que a alguien amo, y me hice un credo para mí mismo. No conozco nada más excepcional, nada más profundo que Cristo. De tal manera que si me demostraran que en Cristo no está la verdad o la verdad no está en Cristo, yo me quedo con Cristo y no con la verdad. Ese es el lema de mi vida. Cristo es el gran humanista, un parteaguas de la humanidad, el que nos viene a revelar cuál es nuestra verdadera relación de nosotros con el creador, y de nosotros con nuestros semejantes”, comentó en su mensaje ante amigos y visitantes a la galería.


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