Averígüelo Vargas : Enrique Vargas Orozco
Ayer en la tarde el secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong, hizo entrega al Congreso de la Unión del volumen que contiene el Tercer Informe de Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, que marca la mitad de su sexenio gubernamental, tiempo en que hizo también la reestructuración de su gabinete, con una serie de cambios que marcarían la tendencia de lo que será la segunda parte del sexenio y las posibilidades de que se incluya a algunas de las nuevas figuras en la carrera presidencial.
Anteriormente, el 1° de septiembre de cada año era visto como el “Día del Presidente”, cuando dominaba un PRI hegemónico, con una oposición más de imagen que de realidad, que hacía posible que el primer magistrado de la nación pudiera transitar a pie o en carro descubierto las calles que separaban al Palacio Nacional, sede de su oficina, con la sede del Congreso de la Unión, que en esos tiempos se ubicaba en la esquina de las calles de Bolívar y Donceles, un bello edificio donde ahora tiene asiento la Asamblea Legislativa del Distrito Federal.
Después los desplazamientos el primer funcionario del país se hicieron en carros cerrados, limusinas negras, entre el Palacio Nacional y el edificio de San Lázaro, donde se reúnen ahora los representantes de la cámara de diputado y del senado, donde los representantes de los partidos fijarán sus posturas sobre el informe que presenta el Ejecutivo Federal.
Los cambios son notorios y muy significativos, porque ahora se realizan los eventos en el Congreso de la Unión y luego en un informe alterno al que convoca la Presidencia a celebrarse en Palacio Nacional, aunque no se han dado los daros precisos sobre esa reunión.
Las otras actividades se celebran en las calles y las plazas públicas de la Ciudad de México y en otras ciudades del país, en las que se manifiestan grupos políticos, de trabajadores y de gente como los padres de los 43 normalistas desaparecidos, con su cauda de “luchadores sociales”, que han aprovechado esa desgracia para medrar en su favor, lo que permite que entre ayer se desarrollen decenas de marchas o plantones que provocarán serios problemas de tránsito en la capital del país y en carreteras como la Autopista del Sol, a la altura de Chilpancingo y en la llegada a Acapulco, que buscarán cerrar como su forma de manifestar su inconformidad con la situación que vive el país y que atribuyen al desempeño del gobierno, ahora priista de nuevo, ya que en la pasada elección federal logró recuperar su presencia en Palacio Nacional y la residencia oficial de los Pinos, donde hasta ahora no ha llegado ningún gobierno “modernizador”, que quiera anularla como tal, para convertirlo en un parque de juegos y de exposiciones supuestamente culturales, como se trata de hacer en otros lugares, como Guerrero, aunque con muy pocas posibilidades de hacerse realidad.
Esos son los cambios que más se notan en esta fecha histórica, que transitó de la “fiesta del Presidente” a la fiesta de las manifestaciones y protestas, que revelan, por una parte, el hecho de que una parte de los mexicanos no están satisfechos con la situación que enfrentan, pero que también muestran, afortunadamente, el avance de la vida democrática y la ampliación de las libertades ciudadanas para manifestarse en el sentido que lo consideren necesario, según la situación que les toca enfrentar.
Claro que también hay grupos oportunistas que siempre están en contra de todo ya favor de nada, que niegan todo lo que ven y todo lo que se hace y que aseguran que México está en el camino del desastre, porque se niegan a reconocer que las reformas estructurales impulsadas por el presidente EPN y aprobadas por el Congreso de la Unión, ponen a México en la ruta del desarrollo, de la modernización, del rompimiento de viejos tabúes que impedían avanzar y que mantenían a la nación en el estancamiento y escaso o bajo aprovechamiento de los recursos naturales, como el petróleo, que deben ser utilizados para impulsar el crecimiento, aunque está claro que es un proceso que no puede darse de inmediato, sino que requiere del tiempo para que los cambios hechos, y que muchos rechazan, puedan empezar a dar los buenos resultados que de ahí pueden salir.
SE REGISTRARON LOS DIPUTADOS PRIISTAS Y DEL VERDE, AYER; HOY SIGUEN LOS DEL PRD
Ayer se registraron los 19 diputados locales priistas y los 6 del Verde Ecologista que forman la mayoría en la LXI Legislatura del Estado, con 25 legisladores de los 46 que integran el Congreso, y de la que aún se desconoce quién se hará cargo de coordinarla y por lo mismo, convertirse en el presidente de la comisión de Gobierno, máximo órgano de dirección del Poder Legislativo de Guerrero.
Hoy le seguirán los 14 diputados del PRD, 2 de PAN, 2 del PT, 2 de PC y una de Morena, que suman los 46 diputados que integran la LXI (61) Legislatura estatal, que le corresponde encabezar a los priistas, que recuperan la mayoría de las curules y el control el Poder Legislativo, lo que habrá de facilitar el trabajo de gobierno del ahora mandatario electo, Héctor Astudillo Flores.
AYER SE APLAZÓ PARA HOY la toma de posesión de José Parcero López, quien fungía como delegado en Guerrero del CEN priista, y que ahora asumirá la responsabilidad de delegado en funciones de presidente del Comité Directivo Estatal de ese partido, en sustitución de Cuauhtémoc Salgado, puesto en el que habrá de permanecer hasta que la directiva priista nacional y el gobernador del estado decidan quien encabezará ese partido en una etapa importante, ya que habrá de prepararlo para la elección del 2018, en la que cambiará al presidente de México y demás poderes, menos al gobernador del estado.
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