De Rodolfo Usigli se conoce su trabajo sobre la escena teatral y su labor que inspiró a toda una generación de dramaturgos, como Emilio Carballido, Luisa Josefina Hernández, Rosario Castellanos, Sergio Magaña, Jorge Ibargüengoitia y Vicente Leñero, que lo ubica como uno de los fundadores del teatro moderno en México.
Sin embargo, a 110 años del aniversario de su natalicio, aún hay facetas poco exploradas, entre las que se encuentran su quehacer como poeta y escritor de narrativa, aseguró Ramón Layera, investigador responsable de llevar el legado intelectual de Rodolfo Usigli a la Universidad de Miami, en Oxford, Ohio, en 1995, que fue establecido por esa institución en la Havighurst Special Collections Library, y representa al menos el 80 por ciento del acervo del dramaturgo mexicano.
El archivo, que permanece en un fondo reservado al lado de documentos sobre la Guerra Civil y materiales sobre personajes de la historia de Estados Unidos como el Presidente Benjamin Harrison, ex-alumno de esa universidad; de Samuel W. Richey y el escritor James T. Farrell, consta de más de 70 cajas con un cuarto de millón de ítems, correspondencia, manuscritos, originales de sus obras, traducciones de trabajos de otros artistas, fotografías, ensayos, libros, carteles, artículos de periódicos y revistas.
“A mi juicio, hay mucho material de Usigli, el poeta, que no se conoce: listas de poemas, libretas y cuadernillos con poemarios completos escritos a mano, o mecanografiados; cientos de poemas desconocidos, hasta ahora inéditos. En el libroRodolfo Usigli. Itinerario del intelectual y artista dramático incluí sólo una cantidad pequeña como muestra. También hay narraciones, cuentos cortos y largos, cosas escritas a mano que nunca dio a luz”.
Destacó que algunos de sus poemas profundos y sugestivos tienen como tema la muerte, ya que desde niño fue una experiencia inmediata al vivir de cerca la Revolución Mexicana, la entrada y salida de las tropas federales y villistas, la Guerra Cristera y el asesinato de Obregón.
También aparecen las preocupaciones típicas de la adolescencia como la soledad, el amor, la fantasía, la imaginación creadora, la identidad y el tipo de persona que quería ser y, por otro lado, la amistad, la nostalgia del pasado y la idea del viaje y la aventura, quizá al sentirse estrecho en los horizontes que su condición social y económica le imponía.
“Es un niño sensible, un adolescente inquieto y precoz que tiene vocación de poeta. Para él se trata de tematizar lo que le es familiar, e incluso era una moda literaria en México en la que algunos poetas elegían la temática realista y otros tenían interés por la vanguardia y la experimentación. Usigli experimentó con ambas corrientes ya que compartía inquietudes e intereses con otros poetas de su tiempo, pero también se interesaba por lo que venía de Europa”.
Además hay otros materiales, como una colección de objetos, portafolios y materiales de producción como resultado de su estancia en la Escuela de Arte Dramático de la Universidad de Yale donde junto con Xavier Villaurrutia tomó cursos de composición dramática y dirección escénica. De acuerdo con el investigador, sería interesante documentar todo eso.
“Cuando llegó de vuelta a México consideró hacer algo comparable en cuanto a la educación del director, el actor y el embrión de lo que serían las escuelas de teatro en su país. Sería importante examinar ese material para demostrar que Usigli se benefició de esa experiencia en Yale como hombre joven, pero bastante maduro en sus aspiraciones. Hay un nexo muy directo entre lo que vivió en la sala de clases como estudiante en Estados Unidos y lo que hizo después como catedrático de teoría y composición dramática y como profesional del teatro en México”.
A pesar de estar jubilado, Ramón Layera, quien fuera miembro del departamento de Español y Portugués de la Universidad de Miami en Oxford, Ohio, no descarta la posibilidad de hacer una investigación a futuro, aunque invitó a estudiosos e interesados en el tema a seguir impulsado publicaciones sobre el archivo de Usigli.
Señaló que hay un caudal bastante considerable de apuntes y notas, de correspondencia, fotografías y recortes que demuestra su interés por la música, la pintura, la literatura y la política.
“Lo considero bastante enciclopédico, con intereses diversos. No veo sólo al intelectual o al artista, sino al diplomático astuto que observa la situación del momento defendiendo los intereses de su país y hay una parte del acervo que demuestra eso”.
Autor del libro Usigli en el teatro: testimonios de sus contemporáneos, sucesores y discípulos, Ramón Layera reconoce que para las nuevas generaciones de hacedores y practicantes del teatro, Rodolfo Usigli resulta una figura un tanto desconocida.
“El problema es que se alejó de la escena teatral en México por su trabajo diplomático y eso lo desfasó un poco, se sintió desconectado y la juventud que era su contemporánea siguió avanzando y explorando nuevos derroteros. En este momento, cuando vivimos grandes cambios y desafíos en las formas de producción y difusión de la literatura y el arte, creo que esa misma situación se repite.
“Se le considera un autor de su momento, la década de los cincuenta del siglo pasado y los temas que cultivó, la perspectiva que adoptó, no tiene la misma vigencia y arrastre o impacto entre los jóvenes porque hay una cantidad enorme de vacíos que ellos enfrentan y, además, ellos buscan su propia voz”.
No obstante, consideró que sus obras se pueden seguir montando desde una perspectiva moderna como lo hizo el año pasado el director inglés Jonathan Martin con la obra El Gesticulador presentada por primera vez en el prestigioso Drama Centre, en Londres, en el teatro universitario Platform.
“Para mí Usigli es el dramaturgo, el autor de poesía, cuento, novela, pero también es un activo y apasionado defensor del oficio del teatro en todas sus dimensiones y eso no sólo lo hizo en las aulas sino también en el escenario. No es un teórico cerebral y desapasionado, de gabinete; Usigli es un auténtico animador cultural, un empresario teatral, es una persona de acción”.
Es por ello que --dijo--, también se puede tener un acercamiento a su obra a partir de conocer su labor en defensa de la profesión del actor, el director y el productor teatral y su afán porque el teatro mexicano cultivara temas nacionales y no sólo estuviera pendiente de lo que sucedía en el extranjero.
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