Escribo sentada en una banca de una vieja estación de tren. Grandes farolas iluminan este espacio misterioso y silencioso donde sólo se ve un reloj que marca las seis.
Frente a mí pasa un payaso con mirada triste, un capitán, un maquinista, un policía, músicos, cantantes, malabaristas y diversas mujeres que caminan, gritan, brincan, bailan y que impacientes esperan la llegada de un tren.
No sé cómo llegué o qué hago aquí, pero de pronto una música rítmica da vida a una fiesta, me hace mover los pies, empezar a bailar, tomar mi maleta e irme a rodar el mundo y empezar a disfrutar la vida bajo mis propias reglas.
Este es el viaje en el que se vieron inmersos decenas de espectadores que, en el Teatro Raúl Flores Canelo del Centro Nacional de las Artes (Cenart), presenciaron el espectáculo Último tren. Estación final que se mostró como parte del programa del VII Encuentro de las Artes Escénicas.
El evento, organizado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), a través Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca), que se efectuará hasta el 13 de diciembre, es un espacio de exhibición nacional e internacional para la escena mexicana que busca impulsar la profesionalización de grupos y solistas mexicanos, fomentar su presencia en otras latitudes y mostrar al público la riqueza de la escena contemporánea mexicana.
La compañía de interdisciplina Comparsa La Bulla fue la encargada de presentar este concierto teatralizado que mezcla música, circo y danza e invita al espectador a subirse a un tren para vivir un viaje sorprendente, no sólo como un desplazamiento hacia un lugar, sino como una oportunidad de cambio y aventura para ser parte activa de los sueños que nos da la vida.
“Se trata de un espectáculo con el que buscamos sacudir, mover, despertar al público hacia esta estación del tren para que salgan a vivir y no permanezcan en los vagones viendo el paisaje”, destacó, en entrevista con el Conaculta, Hiram Ríos, uno de los fundadores de la compañía.
El cantante principal de la obra destacó que en el espectáculo hay muchas metáforas, “para nosotros que hacemos arte siempre puede ser el último tren, pero para el público es una alusión a la muerte que colinda con la vida, ya que en ella nada es blanco o negro y estamos en esa búsqueda de vivir y mientras sucede la muerte, con esta obra los invitamos a pasarla bien, de forma festiva”.
Los potentes y llamativos sonidos de una tuba, trompeta, batería, un trombón, bajo, guitarras y un acordeón, dieron origen a melodías de rock, ska, polka, country, surf y toques de jazz que pusieron a mover los pies o bailar en su butaca al público que estaba inmerso en un ambiente de fiesta interminable.
Entrados en el ámbito de las sorpresas, los espectadores también pudieron ser partícipes de malabares y de convertirse, en un instante, en el acompañante de un payaso solitario y con mirada triste, quien no tiene más compañía que su trompeta de la que se despide para ir al cielo a descansar…” a ese lugar en donde no existe el miedo, la tristeza o la desolación”.
El espectáculo Último tren. Estación final cuenta con la dirección artística/cantante Elodia de Casas; la dirección musical/músico David Soto; los cantantes Hiram Ríos y Karen Espinosa; los músicos Alexis Chacón, Gerardo Balandrano, Fernando Romero, Edgar Castañón, Yoni Pilotzi y Alfono y la coordinación técnica de Fermín Vázquez.
Para conocer más sobre el trabajo de Comparsa La Bulla se puede visitar:www.comparsalabulla.weebly.com y en Facebook el perfil Comparsa La Bulla.
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