Sonidos impredecibles de partículas, choques caóticos, explosiones y susurros sucesivos que propician el asombro, integran la exposición Sonificaciones integradas del artista sonoro y compositor de música acústica y electroacústica Roberto Morales.
La muestra, que fue inaugurada en la Fonoteca Nacional está integrada por tres instalaciones sonoras que -a través de videoproyecciones y loops dinámicos- recrean la radiación solar, un enjambre de avispas y auroras boreales.
“Se trata de piezas que, por un lado, buscan mostrar un caleidoscopio sonoro y romper con el paradigma de loop que se da en video y audio y, por el otro, compartir mi punto de vista de lo que es el concepto de instalación que para mí no tiene que ser loops que se repiten, sino sonidos dinámicos que cada día crean instantes distintos”, describió Roberto Morales en entrevista con el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta).
El artista sonoro agregó que al ser obras dinámicas, las tres piezas que se presentan son únicas e irrepetibles para cada espectador, ya que los patrones que las conforman nunca se repiten gracias a la actuación de un robot programado que funciona como un compositor virtual que organiza los sonidos a cada instante, a través de un juego de combinaciones y decisiones matemáticas que modifican los patrones y sonidos de cada pieza, ofreciendo así, cada vez, una obra irrepetible al espectador.
“Soy un improvisador y con estas obras muestro mi lado bipolar, ya que por un lado me encanta la parte de improvisación y, por el otro, capturar la parte formal de una manera sintética con una máquina que componga como si fuera yo quien formara partituras, es algo fascínate”.
El artista sonoro añadió que Sonificaciones integradas permitirá al público descubrir cómo, a través del sonido, se pueden interpretar datos abstractos y cualquier tipo de fenómeno natural.
“Y también la manera de cómo la tecnología ya nos permite tener máquinas como un agente orgánico que toma decisiones sobre qué tipo de sonidos va a poner primero y qué después, además los va a generar desde un punto de vista secuencial, musical o en términos de sonido”.
La primera pieza que el público podrá escuchar es Zanate de luz (2014) que, a través de pedazos de espejos y aves realizadas con latón que cuelgan del techo de la Sala de Exhibición René Villanueva, invitan a ser parte del viaje de una parvada de aves (pájaros zanates) que se encuentran en una situación estática o congelada.
La pieza fue creada a partir de una sonificación de la radiación solar que se presentó en los meses de marzo y abril del 2014, con el ritmo, lenguaje y cantos producidos por los zanates al amanecer y atardecer en una comunidad.
La segunda obra es Zabisisi bizu (Enjambre de avispas, 2015) generada a partir de los comportamientos de un enjambre de avispas que desarrolla sonora y visualmente la idea de transformación y destrucción, utilizando la premisa de la muerte como elemento que permite la evolución del siguiente estado compositivo de la obra.
“Esta obra -reveló Morales- surgió porque tengo un panal de avispas en el techo de mi cocina y no lo quiero tirar. Me inspiró porque veo que son como pasivas, pero al mismo tiempo tienen mucha pasión al hacer sus cosas, al igual que yo”.
Finalmente, en el Jardín Sonoro se encuentra la pieza Hraca xhiñaa’ (Se vuelve rojo, 2015) que invita al público a conocer como sonarían las auroras boreales. La obra se basa en sonidos producidos por una flauta y varios murmullos.
De acuerdo con Roberto Morales esta pieza no tiene una duración definida, por lo que siempre se repite, “lo que permite emular el principio dinámico manifiesto en la naturaleza: todo es impredecible y misterioso”.
Sonificaciones integradas podrá visitarse, de lunes a viernes de 9:00 a 19:00 horas y sábados de 9:00 a 18:00 horas, hasta el 19 de diciembre, por cierre temporal de la Fonoteca Nacional. Entrada libre.
Para conocer más sobre la programación de la Fonoteca Nacional y los horarios de la muestra en época vacacional se puede visitar:www.fonotecanacional.gob.mx
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