Con el estreno de la pieza Música y Armonía, más de1500 personas disfrutaron del Concierto Música en Armonía II, a cargo del Movimiento Nacional de Agrupaciones Musicales Comunitarias, la tarde de este sábado 5 de diciembre en el Altar a la Patria (Monumento a los Niños Héroes) en Chapultepec.
En esta ocasión, se eligió un foro abierto con el objetivo de llegar a una mayor cantidad de público y así exhibir los avances, conocimientos y logros obtenidos en este proyecto emprendido en 2013 por el Sistema Nacional de Fomento Musical del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta).
La presentación reunió a 338 niños, niñas y jóvenes que representaron a los siete mil 800 integrantes de 132 agrupaciones entre orquestas, coros, bandas y ensambles instauradas hasta este año en 78 ciudades del país.
Los Sistemas de Agrupaciones Musicales Comunitarias son un eje estratégico que se desprende del programa nacional del Conaculta, Cultura para la Armonía, mediante el cual se creó un movimiento de agrupaciones musicales comunitarias integradas en “sistemas” a nivel regional, estatal o local autogestivos, bajo la rectoría artística y metodológica del Sistema Nacional de Fomento Musical.
La riqueza cultural de los estados de Baja California, Campeche, Chiapas, Chihuahua, Colima, Distrito Federal, Durango, Guanajuato, Guerrero, Estado de México, Jalisco, Michoacán, Morelos, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, San Luis Potosí, Tamaulipas, Tabasco, Veracruz, Yucatán y Zacatecas se reflejó en la vestimenta tradicional de los integrantes que optaron por la música y el canto para cambiar su realidad.
“Aprenden a través de la práctica de la música, todos los días, de todas las semanas del año para convertirse en seres más solidarios, disciplinados, que ayudan a los demás, y tienen sentido de comunidad”, destacó el director artístico de la agrupación Eduardo García Barrios.
En representación del presidente del Conaculta, Rafael Tovar y de Teresa, Alejandra Frausto, directora general de Culturas Populares, aseguró que para la dependencia corresponde trabajar día a día con la finalidad de asegurar que este programa continúe y se fortalezca.
Reconoció el trabajo diario de los 400 maestros adscritos, gestores culturales, autoridades de los tres niveles de gobierno, y en especial de las familias que apoyan a sus hijos en esta actividad formativa: “Estamos sembrando semillas que esperamos den frutos como éste”.
La Música sinfónica se conjugó con los sonidos tradicionales en un programa que arrancó con la pieza de la región huasteca, Xochipitzáhuatl, cuya letra representa uno de los más bellos poemas en lengua náhuatl.
Los ensambles de Tepalcatepec, Michoacán y Zozocolco de Hidalgo, Veracruz se unieron para ejecutar El gustito y Mi ensamble, mientras que El gavilancillo quedó a cargo del grupo veracruzano.
Uno de los momentos más celebrados por los asistentes fue el popurrí Estampas Mexicanas, a cargo de la Banda Comunitaria del estado de México, cuyos miembros se distribuyeron entre las butacas, lo cual permitió una apreciación diferente del sonido.
El Movimiento Nacional de Agrupaciones Musicales Comunitarias también interpretó Allegro con brío de la Sinfonía núm. 5 en do menor, op. 67 de Ludwig van Beethoven; Marte, portador de la guerra, de Los planetas de Gustav Holst y Danzas polovtsianas de la ópera El príncipe Ígor de Alexander Borodín.
Los recuerdos y la nostalgia de distintas generaciones se hizo presente con el Popurrí de Cri-Cri a manera de homenaje al compositor Francisco Gabilondo Soler.
Con una letra basada en escritos que mandaron las niñas y niños integrantes del sistema sobre la armonía, se hizo el estreno mundial de la obra Música y armonía.
Ante el éxito del concierto, y en medio de un ambiente festivo y de algarabía, los jóvenes músicos tocaron como encore, Alas, inspirada en la niña paquistaní Malala, que se ha convertido en el himno del movimiento que propone crear comunidad, conciencia y solidaridad mediante la música.
La gente se desbordó en aplausos, gritos de euforia y elogios hacia el compositor Arturo Márquez, quien se encontraba entre el público, lo que transformó el frío en calidez humana, ante la alegría de adultos mayores, niños y familias enteras que gozaron un repertorio cuya columna vertebral fueron los sonidos tradicionales mexicanos.
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