Ernesto Rivera Rodríguez
Qué sucede con nuestros políticos?, qué pasa con ellos que nadie les informa que sucede a su alrededor? Mientras ellos se “placean” en foros, se dan baños de pueblo, y aparecen en programas de televisión como en las de ocho columnas, en tanto los “enanos” de sus funcionarios hacen de las suyas, aplicando “bulling” a su jefe.
A Osorio Chong, su consentido Eugenio Imaz, director del Cisen, o alguno de las decenas de funcionarios ni por equivocación le informaron, que se oían ruidos extraños en las afueras del penal más custodiado del país, que alguien estaba sacando tierra como para llenar el estadio Azteca, desde el campo hasta el techo. Al ex gobernador Rogelio Ortega, nadie le informó , -en su momento- que la Directora Técnica del Acabus, Silvia Gisela Zapata, había sido “despedida” por el ex gobernador Zeferino Torreblanca por corrupción, hoy conocido como “tráfico de influencias”, a lo que contesto, “¡No lo sabía!!! Héctor Astudillo, no supo de los levantados en Chichihualco, por lo que durante tres días estuvo negando el suceso, porque la PGR, a él no le informaba nada. Su secretario de gobierno, Florencio Salazar, tampoco sabía nada, o supo y se quedó callado, al menos eso dijo él. El caso se resolvió corriendo a un “chivo expiatorio”. En la situación del alcalde de Acapulco, el “bulling” estuvo peor, su secretario de la Comisión Mixta de Seguridad Pública, Arturo Lima Gómez fue informado desde el 15 de Octubre pasado que el entonces encargado de despacho de la Secretaría de Seguridad Pública, Francisco Sandoval Vázquez, no había acreditado los exámenes de “Control y Confianza” aplicada por la Consejo Estatal de Seguridad Pública, que preside Daniel Pano Cruz, a lo cual contesto, “a mí nadie me dijo nada”.
La gota que derramo el vaso fue el señalamiento que hizo el Secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong, el pasado 11 del presente cuando en Chilapa, en la reunión del gabinete de seguridad, “le puso el cascabel al gato” al señalar con el gobernador Astudillo Flores a un lado, que el secretario de Seguridad Pública en Acapulco, no había acreditado los exámenes de “Control y Confianza” , y lo que era peor, que su “título era apócrifo”, era “marca patito, de esos que se pueden adquirir por una “corta” en la famosa Plaza de Santo Domingo, en la hoy Ciudad de México, que presentó para acceder al cargo. Por qué se quedó callado Arturo Lima Gómez?
Hoy los perredistas en masa, apuntan con dedo “flamígero” contra Osorio Chong, por intromisión en asuntos internos del estado de Guerrero, en este caso del municipio de Acapulco, donde su joven alcalde fue motivo de un “Bulling” de enormes proporciones, cuando lo que hizo el secretario de gobernación, dentro de sus atribuciones fue únicamente aplicar el “pacto federal”. Ni más ni menos.
En el entendido que ni Héctor Astudillo, gobernador del estado y mucho menos el “rejego” del alcalde de Acapulco, Evodio Velázquez Aguirre, se mandan solos, que Guerrero y en este caso en particular Acapulco, no es la “Ínsula Barataria”.
El gobernador del estado Héctor Astudillo Flores, encontró “ropaje” a través de los Foros Temáticos, donde recibió a lo largo y ancho del estado blindaje político y social, en tanto o “craso error”, Evodio Velázquez Aguirre, lo buscó en su partido, en las cúpulas del PRD, en lo que queda de él, pues recién perdieron en Colima, no solamente la elección, sino que también perdieron el registro local, luego entonces, cómo y con qué, capital político podían blindar al alcalde de Acapulco, alejado del cuerpo social que voto por él. Mal aconsejado, Evodio sigue corriendo, buscando lograr una “catarsis” que repare un poco, su habilidad y recursos políticos hoy sumamente desgastados.
Evodio tiene la oportunidad y la obligación de designar a personal calificado y en coordinación con las fuerzas federales, con el “pacto federal” al secretario de Seguridad Pública, no al que le indiquen sus compromisos. Los acapulqueños se lo demandan.
gernestorivera@gmail.com
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