Con un programa integrado por obras de compositores rusos como Alexander Scriabin, Sergei Prokofiev y Sergei Rajmáninov, Eva María Zuk deleitó al público que la tarde de este viernes 15 de enero acudió al Palacio de Bellas Artes para disfrutar de un recital de piano.
La Sala Manuel M. Ponce del recinto de mármol fue llenado por los asistentes quienes deseaban escuchar este repertorio de obras de principios del siglo XX, interpretado por la pianista que a los 10 años debutó con la Orquesta Sinfónica de Venezuela y que desde entonces, ha sido solista con 45 orquestas de Europa y América.
La velada musical inició con obras de Alexander Scriabin (1872-1915). Un piano de cola negro y la pianista, ataviada también en ese color fúnebre hicieron de las suyas primero con Tres estudios, pieza tranquila, de tintes melancólicos que se cargaban de intensidad.
Luego llegaron los tonos festivos con la pieza Polonesa op. 21, en la cual los dedos de Eva María Zuk iban y venían por todo el teclado, mientras que sus manos a veces saltaban según los requerimientos exigidos para la ejecución del tema.
De Sergei Prokofiev (1891-1953), la pianista nacida en Lodz, Polonia, pero radicada en México, donde forma parte del grupo Concertistas de Bellas Artes, interpretó Sonata núm. 3 en la menor op. 28, pieza de inigualable belleza con momentos de tensa calma en tiempo de Allegro tempesto.
El recital también incluyó obras de Sergei Rajmáninov (1873-1943) como Cuatro preludios, melodía donde la emoción se desbordaba con sonora intensidad en una sucesión de partes tranquilas que se tornaban dramáticas.
Eva María Zuk también deleitó a los asistentes con la magistral interpretación de la Sonata núm. 2 en si bemol menor op. 36 del mismo compositor ruso, donde demostró el dominio que ya tiene sobre el piano, instrumento en el que debutó en Venezuela a los seis años, ya que a los 13 fue cuando recibió el título de profesora y ejecutante del Ministerio de Educación de ese país.
Los tres movimientos de la sonata, Allegro agitato, Non allegro y Allegro molto, contenían un ritmo cadencioso, que en momentos era tocado a gran velocidad, también salpicado con algunos tintes de dramatismo.
Cabe señalar que este concierto sirvió para muchos de los visitantes al Palacio de Bellas Artes a fin de cerrar con broche de oro su recorrido por la exposición Vanguardia Rusa, el vértigo del futuro, en la que se congrega, por primera vez en México, una selectiva muestra de las aportaciones rusas a las vanguardias artísticas del siglo XX, y que estará en exhibición hasta el 7 de febrero.
En un tiempo de cambio, de esperanza e incertidumbre, artistas como Vladimir Tatlin, Aleksander Rodchenko, Kazimir Malevich, Serguei Eisenstein o Vasili Kandinsky manifestaron ideales propios y colectivos que rompían con los esquemas al tiempo que daban vida a imágenes coloridas, geométricas, etéreas.
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