La violencia de los choferes de la Ruta 1 contra los de la Ruta 87 estuvo a punto de provocar una batalla campal en el Paradero (Cetram) del Metro Taxqueña, donde los primeros han evitado durante años que los otros suban pasaje; tras la escaramuza, el evento terminó en un presunto acuerdo de los líderes para evitar agresiones futuras, pero que sin resolver el asunto de fondo que es la cantidad de vehículos pirata que con agresiones han desplazado a sus competidores.
De hecho se han realizado una media docena de acuerdos, uno de ellos firmado frente y por la ex directora General del Transporte, Verónica Pinto. Ninguno de ellos ha sido respetado por el grupo comandado por Fernando Ruano a decir de los dirigentes de la Ruta 87, incluido el verbal celebrado el miércoles pasado en las oficinas de la Secretaría de Movilidad, en presencia de Moisés Bussey, director de Operaciones de la Dirección General de Transporte.
Alfonso Torres, dirigente de la Ruta 87 dijo que tras firmar el acuerdo del puño y letra de Fernando Ruano, van a intentar que ahora si se respete y el chofer de cualquiera de las dos rutas que agreda, lo van a llevar a las autoridades administrativas.
Fernando Ruano declaró que es un problema de choferes que se están cambiando de ruta. Y sobre las unidades que circulan sin placas, culpó a la Secretaria de Movilidad, al decir que la instancia reguladora del transporte les debe más de 40 placas desde hace 18 años.
Sin embargo, no sólo circulan sin placas, sino también sin revista vehicular, sin verificación ambiental y ningún otro documento que los ampare, como se puede apreciar a simple vista, cuando si tuvieran la concesión, algún documento traerían, dijo Jaime Sánchez, concesionario de la 87.
Alrededor de las 14:00 horas comenzó lo que se pudo convertir en una batalla campal cuando dos unidades de las rutas en cuestión llegaban al paradero. “Yo venía en el transporte de la ruta 87 y venía un micro igual al lado y venía cerrándose, como persiguiéndonos; yo lo noté y los señores nos hicieron el favor de comentaron lo que venía pasando para que no nos espantáramos. Yo vi cerrones y como que los espantaban, desde Coyoacán, en Miguel Ángel de Quevedo”, relató la pasajera Guadalupe Lara Barragán.
Y al llegar al paradero, el chofer de la ruta 1 golpeó al de la 87. “A mí me dijeron que no podía cargar y yo le dije que si porque no estoy en su ramal y hemos dado servicio, y me descontaron (golpearon), eran como 15 y los polis no hicieron nada, estaba la fuerza pública y nos dijeron ‘no los podemos mover porque somos cuatro y nos van a matar’”, expresó el agredido César Cruz.
Tras esta escaramuza los dirigentes de las rutas habían determinado hacer un bloqueo porque ven que las agresiones no paran, sin embargo, ya un poco más calmados, tomaron la determinación de quitarle presión al asunto y firmar un pacto de no agresión que dice: “Alfonso Torre, Ruta 87 y Fernando Ruano, Ruta 1, se comprometen a comunicar a sus agremiados el acuerdo de no agresión. Al cargar de subida a la Moctezuma y de regreso sin corretear ningún camión que venga cargado”.
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