Presentan el libro Cuentos de Shakespeare en la Feria del Palacio de Minería





Por encargo de un editor, en 1806 los hermanos Charles y Mary Lamb escribieron Cuentos de Shakespeare, una adaptación para niños y jóvenes de 20 obras teatrales del Bardo de Avon. Con una prosa concisa, rescatando el lenguaje del dramaturgo, Mary adaptó las comedias y Charles, las tragedias.

Ahora, este título llega a México coeditado por la Dirección General de Publicaciones (CGP) de la Secretaría de Cultura y Ediciones Castillo para reunir 10 de los 20 cuentos publicados originalmente, entre los que se encuentran La comedia de las equivocaciones, Romeo y Julieta, Hamlet, El rey Lear, Sueño de una noche de verano, Otelo, La tempestad y Macbeth, entre otras.

La publicación fue presentada en el marco de la 37 Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería por la editora Mónica Romero, el ilustrador Manuel Monroy y el poeta y editor Fernando Fernández.

De acuerdo con Mónica Romero, no se trata de adaptaciones infantilizadas, por lo cual pueden ser leídos no sólo por niños o jóvenes, ya que su importancia radica en que salieron a la luz en un contexto previo a la época de oro de la literatura infantil en la época victoriana.

“Estas adaptaciones salieron todavía en el Romanticismo, pero es importante porque en el siglo XIX se empezó a tratar de hacer libros que no fueran tan didácticos o de instrucción, sino que permitieran que el niño imaginara”.

Por su parte, el poeta Fernando Fernández consideró que se trata de una edición muy bella, limpia, sobria y elegante, que se distingue por ser seria y dirigida a los jóvenes para que se acerquen a Shakespeare.

La intención es que tengan, sobre todas las cosas, una idea clara de la trama de 10 de sus principales y más famosas obras que, en un momento dado, podría motivarlos a buscar el texto original.

El libro cuenta con ilustraciones de los españoles Jesús Cisneros, Javier Zabala y el mexicano Manuel Monroy, quien aseguró que el proyecto representó un reto interesante para los ilustradores, pues a lo largo de los siglos existe toda clase de dibujos que han acompañado las obras del dramaturgo poeta y actor inglés.

“Sus obras son inagotables en términos expresivos y de todo lo que a cada uno nos toca personalmente. Como lectores podemos abordarla no sólo desde el punto de vista del contenido histórico, sino cómo lo hacemos nuestro. Para mí la parte más interesante de ilustrar es la interpretación. No tengo que casarme con una idea, sino que tengo que hacer una especie de investigación para enriquecer mi propia lectura”.

Con el propósito de llegar a un mayor público de lectores, el libro que aparece en el marco del 400 aniversario de la muerte de William Shakespeare posee una pasta dura y es de fácil manejo. La traducción estuvo a cargo de Darío Zárate Figueroa.

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