Con una mirada crítica sobre grandes plumas, como Rubén Darío, Ramón López Velarde, Efraín Huerta, Octavio Paz, Lope de Vega, Francisco de Quevedo, Arturo González Cosío, Eduardo Lizalde, Jorge Luis Borges, Cristóbal de Castillejo, Vladimir Rothschuh (Nicaragua, 1962) reunió 36 textos para hablar de la poesía hispanoamericana en el volumen Alegoría del deseo que se presentó en el marco de la XXXVII Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería.
Alegoría del deseo, título más reciente de la colección Periodismo Cultural de la Secretaría de Cultura, forma parte de una serie de libros que preservan la memoria periodística del acontecer cultural de nuestro tiempo donde se esbozan los procesos creativos, las políticas y campos de producción cultural, así como las diversas disciplinas artísticas y sus protagonistas.
Durante la presentación del volumen estuvieron el autor, Vladimir Rothschuh, y Mireya Vega, subdirectora de la colección, quienes discurrieron sobre los campos del lenguaje y la poesía y su evolución histórica.
Considerado como una radiografía atemporal que reúne la crítica de poesía que realizó para distintas revistas, diarios y suplementos culturales, entre ellos Vuelta, Siempre!, Impacto, El Heraldo de México, El Financiero y El Sol de México, entre otros, también explora los caminos de la poesía de María Eugenia López Brun, Enrique Lihn, Vicente Aleixandre, Salomón de la Selva, Eduardo Carranza, Joaquín Pasos, Marco Antonio Montes de Oca, Margarita Michelena, Fernando Pessoa, Pablo Antonio Cuadra, Jaime García Terrés y Álvaro Mutis, entre otros.
En su intervención el periodista hizo algunos apuntes sobre el centenario de Rubén Darío, de Ramón López Velarde, Octavio Paz, Cervantes y Lope de Vega, entre otros, y compartió con los asistentes una retrospectiva de los pasajes más destacados de su vida y obra.
Sobre la función del crítico, el autor afirmó que “se trata de una arqueología del saber literario y poético” que da al lector caminos posibles para abordar la obra, muchas veces inconmensurable.
Decía Fernando Pessoa que un poema es un ente vivo, sobre esta afirmación descansa la tarea del crítico, labor que atiende a una lectura poliédrica del objeto haciendo énfasis en los aspectos formales de la obra, las figuras del lenguaje y los vehículos expresivos, siempre dejando al lector la posibilidad de réplica.
El crítico y periodista nicaragüense inquirió sobre si leemos al poema o él nos lee a nosotros, sobre las unidades de significado que el lector atraviesa transversalmente y el orden secreto de palabras presenten en toda obra poética.
Al referirse al papel de las nuevas tecnologías en los procesos de escritura y el futuro del libro impreso, consideró que actualmente los escritores tienen la oportunidad de interactuar de forma más directa con sus lectores, lo que repercute sustancialmente en su trabajo.
Compartió que sus motivaciones atienden a una tradición familiar y territorial, “los nicaragüenses tienen dos vicios: uno es el de la poesía, por la gran influencia de Rubén Darío y, por otro lado, la guerrilla por Sandino, algunos optan por un camino, yo opté por la poesía”, incluso añadió que la vena literaria le viene de familia “desde mi bisabuelo se escribe, hay una tradición en el ensayo, en la poesía, en el periodismo cultural y también en el político y a nivel personal se genera una emoción íntima”.
Por último, destacó la importancia de este trabajo, el cual reside en la crítica profunda al poeta y su obra, pues “Todo poema es social”, dice.
Éste y otros títulos de la colección se encuentran a la venta en la Red Nacional de Librerías Educal y pueden consultarse en el portal electrónico http://www.cultura.gob.mx/periodismo/.
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