Millenials, generación X, baby boomers, punks, raperos, chakas, hipsters, indies, góticos o fresas, donde quiera que nos ubiquemos por generación o estilo de vida, todos compartimos y somos responsables, por omisión o comisión, de los problemas de México. De esta forma, justo es que todos nos involucremos en darles solución. Disminuir los efectos nocivos, o dar marcha atrás en ellos es la propuesta de los 10 proyectos que presenta Mariana Pedroza en su libro, Diez soluciones para el futuro hoy, editado por la Secretaría de Cultura del gobierno federal.
Tenemos por creencia que los mexicanos nos quejamos de todo pero no hacemos nada, para probar lo contrario, están estos 10 jóvenes, quienes a partir de observar un problema tuvieron una idea, y basta una idea, para transformar el mundo.
Maquillarse es un juego, es la magia de la transformación, de traer los colores al rostro, decimos que nos pintamos, y al decirlo usamos un término artístico, estético, pero detrás de esta inocente actividad hay un mundo que implica crueldad: las pruebas que se realizan en animales para probar si el maquillaje, el botox, las cremas son aptas para los humanos. Preguntarse ¿para qué? es parte de lo que hace la bioética, a la que se le dedica un capítulo, que nos permite descubrir lo que los comités activistas hacen en pro de los animales que se utilizan para experimentar.
“Cada joven que continúe estudiando es un soldado menos para la violencia y para el narco, y es uno más para el buen desarrollo de la nación”, dice Cristóbal García Jaimes, considerado por muchos un genio, y con el mismo fundó Ciencia sin Fronteras para apoyar a jóvenes a desarrollar proyectos y para que sigan estudiando. “Toma mi mano… y mi libro también”, es uno de sus programas para crear librerías Mundis (de todo y para todos) en zonas marginadas, pues como él, en la sierra puede estar el próximo genio de la computación.
Ciencia sin Fronteras tiene también un programa de becas y el programa de pepenador cibernético que recupera todos los aparatos electrónicos que se desechan para habilitar computadoras y llevarlas para los niños de zonas marginadas.
Tenemos frente a nosotros como uno de los más graves problemas, el de la mala alimentación, que no es responsabilidad exclusiva de las personas, sino también de las políticas económicas y empresariales, como hace notar Víctor Manuel Mendoza, especialista en nutrición, quien colabora con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en un programa de intervención nutricional y educativa sobre el estilo de vida y control metabólico en pacientes con obesidad y diabetes mellitus.
A través de su investigación, el especialista ha observado que la familia suele alarmarse y entrar en acción cuando alguno de sus miembros padece anorexia y bulimia, pero no pasa igual con la obesidad, que parece consentirse, a pesar de que el riesgo de muerte es mucho mayor en esta enfermedad, porque se complica con hipertensión, osteoartritis, cardiopatías, etc. ¿Pero qué nos enferma? Para empezar, los alimentos hipercalóricos, claro, nos gusta el azúcar, pero ésta es adictiva, entonces mientras más consumimos, más hambre nos provoca, crea un deseo insaciable.
Es un problema multifactorial, por un lado las políticas que disminuyen el impuesto a refrescos y comida chatarra. La pobreza lleva a que la gente tenga que comer más barato y estos alimentos suelen ser los más accesibles.
Afortunadamente existen iniciativas como el Poder del Consumidor, que es una organización que introdujo en el Congreso, la necesidad de crear una legislación contra esta epidemia. Esto involucró a la Secretaría de Salud para que obligara a las empresas a regular su publicidad, que se prohibiera la venta de comida chatarra en las escuelas, cobrar más impuesto a la industria refresquera. Por su lado, se encargan de radiografiar diversos alimentos para ver lo que realmente contienen, por ejemplo, el Coffe-matte es manteca y el Yakult, un shot de azúcares.
La información que el libro ofrece acerca de esto, es extensa, seria, pero presentada con un diseño tan atractivo que su lectura fluye sin sentirse. Para saber más también pueden consultar la página de esta organización.
Rafael Salas empezó a trabajar en un partido político a los 15 años, creía que ese era el camino para conseguir un cambio social, pero después de muchas decepciones en 2010 decidió buscar lo que le gustaba. El gusto infantil por la caricatura del Capitán Planeta, y la sección de Nickelodeon dedicada al ambiente y al desarrollo sustentable lo llevó a una idea: ayudar a resolver el enorme problema de la necesidad de vivienda por medio del reciclaje. No usar los mismos materiales, como el cemento que daña el ambiente, sino uno que ya se encuentra por millares en nuestro país, botellas de plástico. Cuatro veces más resistente que el concreto, dura aproximadamente 400 años, por su aislante térmico y acústico permite construir casas cálidas y silenciosas. La historia de esta idea y sus aplicaciones es en verdad fascinante.
Y hablando de botellas, vamos a los embotellamientos, a las contingencias ambientales, a la contaminación que respiramos, a vivir atrapados. Si el auto nos movía, ahora nos inmoviliza, sabemos, porque lo experimentamos a diario, que necesitamos generar ciudades donde nuevamente podamos circular. Rodrigo Díaz, desde su blog genera un discurso, discusión y soluciones referentes a la movilidad en las ciudades y nos recuerda: “no estás atorado en el tráfico, tú eres el tráfico”.
Hay muchas formas de aprender, el maestro en un salón no es la única manera, “el conocimiento es libre y se puede transmitir de persona a persona”, a través de la colaboración se crea un espacio abierto que dio paso al colectivo Tráfico de Libre Conocimiento. Funciona como un trueque donde se intercambian saberes de manera oral. Lo que se consigue a la par es que la comunidad se involucre, y lo hacen a través del juego, del arte, de la recuperación del espacio público y de la recuperación del tejido social, todo a través de la inquietud de que el conocimiento no sea elitista.
Diez soluciones para el futuro hoy, es un libro dirigido principalmente a jóvenes y a adolescentes, para fortalecer el ánimo en las ideas que salvan, que recuperan y que fortalecen al ser humano y a las naciones.
Mariana Pedroza, Diez soluciones para el futuro hoy. Ilustraciones, Bruno Valasse; Alas y Raíces/ Conaculta, México, 2015, 167 pp.
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