En la Cineteca Nacional analizan las funciones de la metaficción en la cinematografía



Desde los inicios, el cine procura concientizar al espectador de que está viendo un espectáculo; no lo quiere engañar como lo ha tratado de engañar el teatro ni lo quiere convencer como lo ha tratado de convencer la ópera, afirmó Roberto Domínguez Cáceres durante la charla Los abismos de la imagen y sus criaturas. Cine sobre el cine, que se llevó a cabo en la Sala 4, Arcady Boytler.

Organizada por el Centro de Documentación de la Cineteca Nacional y la Asociación de Análisis y Teoría Cinematográfica (Sepancine), la ponencia del doctor en Letras por la Universidad Iberoamericana consistió en identificar las intenciones de los recursos metaficcionales —aquellos que hacen que la audiencia reconozca a la película como un artefacto y ponen su atención sobre el proceso fílmico mismo— en cintas de diferentes autores, países y épocas.

“En la historia de los diversos géneros narrativos (la pintura, la poesía, el teatro, la novela), y si se extiende la noción al cine por la relación audiovisual, el recurso de la puesta en abismo y la inclusión de las estrategias y las herramientas del medio en el asunto de lo contado han servido siempre como una forma de atrapar la atención del espectador”, aseguró.

La puesta en abismo es un recurso literario, originario de la heráldica, en donde una imagen o un texto contienen una copia de sí mismo y crea la ilusión de infinito. En el cine se puede observar en secuencias como la de Buster Keaton al entrar a la película que él mismo proyecta, en Sherlock Jr. (1924) o en el plano donde Foster Kane se refleja en dos espejos y crea copias infinitas de sí mismo, en El ciudadano Kane (Citizen Kane, Orson Welles, 1941).

Utilizando fragmentos de Drácula (Bram Stoker’s Dracula, Francis Ford Coppola, 1992),Belleza americana (American beauty, Sam Mendes, 1999) y La coronación de Eduardo VII (Le sacre d’Édouard VII, Georges Méliès, 1902), el investigador estableció que entre las funciones de la metaficción también están cuestionar los límites de la actividad de ver una representación y tratar de ampliar las fronteras entre la ficción y la realidad.

Además, el ponente ejemplificó sus argumentos con pinturas de Diego Velázquez (Las meninas, 1656), René Magritte (La reproduction interdite, 1937), Juan O’Gorman (Autorretrato, 1950) y Diego Rivera (Retrato de Ramón Gómez de la Serna, 1915).

Para concluir, Domínguez Cáceres proyectó la secuencia final de Sunset boulevard (Billy Wilder, 1950), filme al que resaltó por su uso notable de comentario metaficcional para hacer una observación y una crítica a la industria cinematográfica estadounidense de los años cuarenta.

Las Charlas de cinefilia del Centro de Documentación continuarán el martes 29 de marzo con la conferencia de Aurelio de los Reyes: Acerca de la banda del automóvil gris, en torno a la primera película silente mexicana restaurada por el Laboratorio de Restauración Digital Elena Sánchez Valenzuela de la Cineteca Nacional.

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