En México, desde hace más de 450 años, existe la tradición de colocar altares de Dolores durante la Semana Santa o días previos a ésta, con la intención de recordar los dolores vividos por la virgen María durante la crucifixión de su hijo, Jesús.
Cada año varios de los museos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) instalan estos altares con el propósito de que el público se interese, promueva y continúe con esta tradición religiosa.
Uno de estos recintos es el Museo de El Carmen que por octavo año consecutivo revive esta práctica como antiguamente se hacía en el pueblo de San Ángel a través de su Altar a la Virgen de Dolores.
“Es un altar que hacemos para que no se pierdan las tradiciones mexicanas y para visitarse en Semana Santa, como una costumbre exclusiva del museo”, destacó en entrevista Armando Amador Islas, jefe de museografía del Museo de El Carmen.
Dos meses de trabajo permanente fue el tiempo en el que se construyó este altar en donde se muestra, por un lado, el sincretismo entre la adoración por los dioses y el catolicismo y, por el otro, se consuela a la virgen por la muerte de su hijo y por los dolores que padeció desde su nacimiento.
Altar a la Virgen de Dolores está distribuido a lo largo de 16 metros que permiten al público conocer, en primer lugar, una serie de pinturas que retratan escenas clave del evento, como La oración en el huerto y Rey de burlas o El señor de la meditación, de Cristóbal Villalpando.
En segundo lugar, colocados en el piso, se observan pequeñas macetas de barro en forma de animales con semillas germinadas que representan la eucaristía; naranjas adornadas con banderitas doradas que remiten al dolor de la virgen y esferas de vidrio soplado que contienen agua de color (verdes, azules, moradas) que representan las lágrimas derramadas por María.
También hay dos tapetes (de color morado y rojo) elaborados con aserrín, arena y semillas, donde se retrata la iconografía del momento previo a la crucifixión de Cristo: el canto del gallo, las monedas, los clavos, la espada y la cruz en donde muere.
En tercer lugar se observa la representación del momento que vivió la virgen desde el nacimiento de Jesús, entre otros: la huida a Egipto, cuando muere crucificado y cuando recibe el cuerpo al bajarlo de la cruz para ser colocado en un sepulcro.
Finalmente, y el punto central del altar, es una corona de espinas y la imagen de la Virgen de los Dolores que está rodeada por dos pinturas de ángeles, flores moradas, esferas de vidrio soplado que representan lágrimas, velas y música sacra.
Para algunos de los visitantes, como el escultor David Camorlinga, “se trata de un altar que forma parte de nuestras raíces que no debemos perder y que además invita a descubrir cómo funcionan, se ven y la gente ponía y pensaba los altares como una forma más espiritual para rezar u orar”.
Altar a la Virgen de Dolores podrá visitarse en el Museo de El Carmen, ubicado en Avenida Revolución No. 9, esquina con Monasterio, delegación Álvaro Obregón, de martes a domingo de 10:00 a 17:00 horas hasta el 3 de abril. Entrada libre.
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