Con la ejecución de tres obras musicales representativas del siglo XX, la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) celebró en el Palacio de Bellas Artes el 150 aniversario del Conservatorio Nacional de Música (CNM), institución semillera de artistas que han formado la historia musical del país.
En la Sala Principal del recinto de mármol se reunieron maestros y alumnos del CNM, quienes se integraron a las filas de la OSN, con la dirección de su titular, Carlos Miguel Prieto, para ejecutar Sensemayá, de Silvestre Revueltas; La gloria y la grandeza, de Russell Peck; yCarmina Burana, de Carl Orff.
Carlos Miguel Prieto, uno de los directores jóvenes más talentosos y versátiles de la actualidad, agradeció que se tomaran el tiempo de asistir al concierto y que además tuvieron la iniciativa de proponerlo y ayudar a realizarlo.
“Agradezco a todos ustedes, no digo los nombres porque luego se emiten personas que merecen el aplauso. Todos los conciertos de la Orquesta Sinfónica Nacional son fiestas y celebraciones de manteles largos, ahora es de manteles más largos, porque aquí tenemos un grupo talentosísimo de jóvenes alumnos del Conservatorio Nacional de Música que ya se volvieron nuestros amigos”, expresó el también violinista.
Previo a que iniciaran las interpretaciones del programa, se proyectó un video sobre la historia del CNM, en él se indicó que la institución ha formado a los principales músicos del país, quienes además de ofrecer una actividad artística destacada se desempeñaron como docentes del Conservatorio, como Carlos Chávez, Silvestre Revueltas, José Pablo Moncayo y Manuel. M Ponce, mismos que formaron a músicos que actualmente son muy respetados.
Tras llegar al escenario, Carlos Miguel Prieto tomó su batuta e iniciaron los primeros movimientos por parte de la orquesta para la interpretación de Sensemayá, una de las obras más importantes de Silvestre Revueltas.
La primera gran ovación se ofreció a los ex alumnos del Conservatorio Nacional: Julián Romero Pacheco, José Eduardo Chávez y Esteban Solano Casillas, quienes en su papel de percusionistas invitados ejecutaron, junto con la OSN, La gloria y la grandeza, del estadounidense Russell Peck.
Tras el intermedio se escuchó una de las obras más populares del repertorio musical del siglo XX: Carmina Burana, compuesta por Carl Orff entre 1935 y 1936, para lo cual subieron al escenario la soprano Rosalinda Treviño, el tenor Víctor Hernández, el barítono Josué Cerón, también egresados del Conservatorio; el Coro del Teatro de Bellas Artes, contando con Christian Gohmer como director invitado, y la Schola Cantorum de México.
La composición basada en poemas medievales que resaltan el gozo y placer, estrenada el 8 de junio de 1937 en la Ópera Antigua de Fráncfort del Meno, fue escuchada por los presentes en total silencio, mismo que fue roto con una fuerte ovación por los asistentes, acompañada de ¡bravos!
En medios de los aplausos, la Orquesta Sinfónica Nacional tocó las notas de Las mañanitaspara cerrar el festejo de los 150 años del Conservatorio.
La historia moderna de una de las instituciones de formación artística más importantes de México se sigue construyendo día a día, aumentando la amplia lista de reconocidos músicos en todas las disciplinas, quienes integran e inclusive han fundado las principales orquestas y conjuntos del país.
Actualmente la vida musical mexicana es una de las más intensas de toda América Latina. El Conservatorio Nacional de Música ha dejado una enorme huella, a tal grado que no es posible entender la cultura mexicana sin esta institución en la que se formaron figuras como Eduardo Mata, Placido Domingo, Rolando Villazón, Horacio Franco, Aurora Serratos, María Teresa Rodríguez, Irma González, el Cuarteto Latinoamericano, Mario Lavista y Arturo Márquez.
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