La propuesta operística para niños Hagamos una gran ciudad tuvo su estreno en el Centro Nacional de las Artes este fin de semana. En cada una de sus cuatro funciones se invitó a los espectadores a cuidar de los infantes y construir un lugar donde sea posible jugar a lo que se quiera, donde no sean necesarias cárceles ni policías.
El Teatro de las Artes fue el recinto que albergó este proyecto que forma parte del ciclo La ópera es puro cuento… y el ballet también, el cual contó con la participación en el escenario de 50 niños, quienes fungieron como actores e integraron un coro que acompañó los cantos de Darío, un pequeño de familia pobre que vende flores ante la indiferencia de los adultos que le dan la espalda.
Darío, junto con su ratón de peluche y mejor amigo Roco, sueña que la ciudad gris y ruidosa en la que se encuentra cambia a una llena de color y armonía, donde la imaginación y empatía hacen posible una mejor convivencia para todos.
Tanto Darío y Roco quieren una urbe incluyente, sin violencia ni injusticias y esa ciudad de ensueño habrá de llenarse con diferentes habitantes, quienes con gusto la construirán, la vivirán, llevarán a sus mascotas a la feria, visitarán a los doctores, jugarán futbol y encontrarán cientos de actividades nuevas.
Lo mejor de esta ciudad consiste en ser de puertas abiertas, por lo tanto, para construirla y mantenerla, se necesita que los que quieran participar abran su corazón y dejen salir sus sueños.
“Piensa en lo que más me gusta para construir esta ciudad”, le dice Roco a Darío, quien sin dudar expresa que su sueño de ciudad es una llena de colores, donde los niños son amores, pueden jugar a lo que quieran, donde hay pastelerías y parques.
Durante la puesta en escena de una hora de duración se ve el cambio radical de un ambiente oscuro y triste a uno lleno de luz, donde los infantes bailan, cantan y visten de manera colorida, pues en ella todos sus habitantes son diferentes y a la vez iguales, parece que mejor sin la presencia de adultos.
Algo peculiar en esta puesta operística es que el director de la orquesta, Aquiles Morales, bailó junto con los niños con una máscara de chimpancé, apoyando el canto de que todo niño debe ser feliz y para ello los adultos aprendieron a cuidarlos.
Tras despertar de su sueño, Darío sale de su casa y decide compartirlo con los niños que ve pasar hacia sus escuelas, pues tiene claro que si todos comparten el mismo sueño, éste puede volverse realidad.
“No queremos policías en nuestra ciudad, los niños aquí sabemos confiar. Nos gusta conocer personas diferentes, confiamos en nosotros y en los demás. Sabemos construir cosas hermosas, somos brillantes como el Sol. Sabemos entender los misterios del mundo, volamos con alas de canción. Esta ciudad es nuestra casa y la queremos cuidar”.
Hagamos una gran ciudad es una propuesta artística dirigida por Aquiles Morales, con la composición de David Hernández Ramos y Paul Hindemith, con libreto de Haydeé Boetto, inspirado en el original de Robert Seitz. Para esta obra el compositor mexicano David Hernández-Ramos partió de la composición del mismo nombre de Paul Hindemith para crear 45 minutos de música y dar forma a esta ópera optimista y soñadora.
El ciclo La ópera es puro cuento… y el ballet también continuará el 16 y 17 de julio con la ópera El niño que creció muy rápido. Para consultar cartelera visite: www.cenart.gob.mx.
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