Compositor, pianista, director de orquesta, profesor, fundador de instituciones, organizador de conciertos e incluso editor, periodista y político, Carlos Chávez (Ciudad de México, 13 de junio, 1899 – Íbid., 2 de agosto de 1978) contribuyó de manera decisiva a crear las bases de una expresión musical característica de México. Este 31 de julio se cumplieron 80 años del estreno en el país de la Sinfonía india, dirigida por su autor.
“Se trata de un hombre que dejó un ejemplo muy difícil de seguir, ya que lo hizo prácticamente todo: tuvo una brillante carrera como ejecutante, fue un compositor extraordinario, maestro de músicos geniales y un hombre creador de instituciones, es decir, es una vara muy alta que cimentó la vida musical del país”, detalló en entrevista Ricardo Miranda, maestro en artes y doctor en musicología por la City University London.
Para el especialista en la obra de Carlos Chávez, integrante del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Musical Carlos Chávez (Cenidim) y coordinador de la maestría en estudios musicales de la Universidad Veracruzana, la primera aportación de Carlos Chávez a la música mexicana fue fundar dos instituciones trascendentales para México: el Instituto Nacional de Bellas Artes y la Orquesta Sinfónica de México.
“Estas fueron dos acciones que marcaron la vida musical del país y que nos siguen nutriendo y definiendo hasta el día de hoy. Estamos hablando de un hombre que organizó la vida musical moderna de México bajo un esquema que fundamentalmente sigue operando.
“Tenemos una Orquesta Sinfónica, un Conservatorio Nacional de Música que este año celebra 150 años y el Instituto Nacional de Bellas Artes, que es la columna vertebral de las actividades de docencia, investigación e interpretación de la música en nuestro país”.
Canciones imprescindibles
Carlos Chávez compuso más de 200 piezas, las cuales, de acuerdo con Robert Parker, doctor y especialista de la vida y obra del músico mexicano en el extranjero, se trata de obras impresionantes y con una extraordinaria variedad de influencias estilísticas: mexicanas, indígenas, tradiciones europeas y experimentales.
Para Ricardo Miranda son composiciones a través de las cuales Carlos Chávez realizó su segunda aportación: ayudó a conformar el gusto musical de varias generaciones.
“Su música, su labor como compositor y catálogo son quizá su herencia más importante y la que hoy en día podemos disfrutar de manera directa. Quienes iban a sus conciertos eran confrontados con obras nuevas de manera constante, algunas de las cuales resultarían definitivas para la música mexicana.
“Pensemos que fue Carlos Chávez quien invitó a Ígor Stravinski a México y quien realizó estrenos importantes de compositores tanto del pasado clásico como del reciente (como Schumann, Brahms y Schubert). Además fue uno de los compositores más prolíficos, ya que tuvo una vida generosa en años y su producción abarca varias décadas”.
Valses, nocturnos, preludios, estudios, sonatas, sinfonías, ballets, conciertos para piano, música de cámara y salón; ópera y composiciones experimentales forman parte de la obra del compositor.
En ellas es evidente que fue una figura importante del movimiento musical del nacionalismo, pero también modernista, ya que en ellas se exhibe el espectro de estilos musicales de los siglos XIX y XX; su preocupación por la historia, las leyendas de la época previas a la colonia y las huellas que ese periodo histórico dejó en la vida indígena, pero también la evocación de imágenes griegas, de lo abstracto, lo cerebral e innovador, además de un sentido agudo de drama.
Algunas de las obras en las que se conjugan y notan estos elementos son: Caballos de vapor, La paloma azul, Tres hexágonos, Polígonos Los cuatro soles, Sinfonía india, Concierto para piano con orquesta, Sinfonía de Antígona, La hija de Cólquide,Prometeo encadenado, Upingos, Energía, Invención I, II y III, y Concierto para trombón.
Ricardo Miranda comentó que “destacan las sinfonías que son un conjunto extraordinario y sólido que constituyen los pilares del repertorio sinfónico de México. Se trata de obras de un gran pianista que hizo música muy buena desde sus piezas tempranas en donde encontramos a un Chávez lleno de inventiva y de recursos pianísticos maravillosos, por eso es sorprendente que un joven de 25 años haya escrito piezas que son una sorpresa y revelación”.
El especialista detalló que la música de Chávez es muy diversa y grande y muestra, por una parte, a un músico nacionalista que incluso sigue el modelo trazado por Manuel M. Ponce y musicaliza canciones populares de la Revolución.
“Pero eso será abandonado rápidamente por él para forjar un lenguaje propio fuertemente influenciado por la música del siglo XX, en particular por Stravinski. Esta voz moderna de Chávez se escucha muy bien en algunas piezas, como HP y culminará en la Sinfonía india.
“Luego tendremos un Carlos cosmopolita, atento al curso de la música de su propio tiempo y de su personalidad, ya no preocupado por lo mexicano, indígena, sino por la música como artefacto y su proceso creativo. Aquí tenemos obras verdaderamente notables, como el Concierto para piano”.
Después se encuentra a un Carlos Chávez vanguardista y revolucionario que postula de manera teórica la necesidad de encontrar nuevos derroteros para la organización musical, “ahí es donde propone esta idea de la no repetición y a partir de ella genera música muy particular, quizá de la más difícil de escuchar, pero a la vez verdaderamente fascinante, por ejemplo Solo para piano y Soli II.
“Además tenemos obras muy particulares, como Obertura republicana y The visitors, una de las creaciones más originales del repertorio de ópera mexicana”.
Cabe señalar que Sinfonía india fue estrenada en México el 31 de julio de 1936, bajo la batuta de Carlos Chávez, en uno de los conciertos de la temporada de la Orquesta Sinfónica de México, y se repitió el 18 de septiembre de ese mismo año.
Composiciones inéditas
Ricardo Miranda destacó que existe música del compositor que permanece inédita o acaso sólo es del conocimiento de ciertos especialistas, como Clío, Discovery, Elatio y Concierto para cuatro cornos, las cuales no se han llevado a disco y son necesarias para forjarse una idea de lo último realizado por Carlos Chávez.
“Son obras que conocemos poco, pero son importantes para la construcción definitiva del catálogo de Chávez a nivel discográfico y que nos permitiría a todos, especialistas, público, alumnos y directores, tener la imagen completa de la obra de Chávez.
“Ojalá alguna orquesta mexicana las quiera recuperar. Sé que no es tarea fácil, porque es un repertorio del que no tenemos referencia y es difícil tocar, estudiar y llevar a la ejecución, pero es obra necesaria para la música mexicana”.
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