Hugo Falcón Páez
Crear iniciativas y proyectos que impulsen a nuevas ideas, la tarea de pocos.
Desde hace cinco semanas, no había aportado mi columna para la satisfacción de miles de lectores, y como si fuera un nuevo regreso, les ofrezco un texto con un concepto moderno de lo que son los idealistas. Y que hoy, toman un cariz trascendente. Me refiero a los emprendedores sociales. Así como acuñó en el cuestionamiento el filósofo Ralph Waldo Emerson, ¿cuál es la tarea más difícil del mundo? La respuesta es simple, pensar. Pero pocos procesan y ejecutan esa premisa biológica y generacional. El escritor y también poeta estadounidense, contribuyó con sus enseñanzas en los inicios del Siglo XIX. Con el desarrollo del “Nuevo Pensamiento”, y aportó de manera anónima su primer libro llamado “Nature” (Naturaleza). Y bien, partiendo desde ese punto de apoyo intelectual, los emprendedores sociales son la fuga de cerebros individuales, no grupales. Dan ideas en una creciente red de potenciales líderes biculturales, hombres y mujeres aliados del desarrollo, y los gobiernos del mundo lo saben, incluyendo el de México.
En estos últimos años, los avances en materia tecnológica, social y cultural tienen un atributo, el de fusionar ciencias y materias, campos que habiliten gestiones aplicadas para la civilización. En la medicina, educación y urbanismo, en el sector alimentario y en la seguridad de comunidades rurales. Contribuyendo a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, emanados desde la Organización de las Naciones Unidas (ONU), directamente de la Agenda 2030. Nuestro país asume este compromiso de Estado por medio de Presidencia de la República, dichos objetivos, contribuyen al Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018. En áreas como el desarrollo, la inclusión social, los efectos económicos del cambio climático y energías renovables.
También, estos planes de trabajo se adaptan a la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes en los programas sociales. Una misión colectiva, para transformar positivamente la vida de millones de mexicanos. Donde se busca poner en práctica ideas cuyo fin es resolver problemas presentes en la sociedad. A través de la innovación se obtiene un cambio social y cierto beneficio económico para poder aplicarlas. El emprendimiento social es la construcción, evaluación y persecución de oportunidades para el cambio social transformativo, llevado a cabo por individuos visionarios, dedicados y que conocen múltiples bastiones laborales o esferas de acción social, con ética no con política.
El emprendimiento social hace referencia a que somos una empresa en la que su razón social, en primer lugar, satisfacer necesidades de la sociedad en la que se desenvuelven. Asimismo, los emprendimientos sociales son entidades, que aplican estrategias de mercado para alcanzar un objetivo social, y realizan un movimiento social, que incluye tanto a organizaciones sin ánimo de lucro, que utilizan modelos de negocio para alcanzar su misión como a organizaciones con ánimo de lucro, cuyo propósito principal es de carácter social. Los emprendimientos sociales se diferencian de los emprendimientos comerciales, en que su objetivo social o medioambiental siempre se encuentra en el centro de sus operaciones. En lugar de maximizar las participaciones de sus accionistas, como lo hacen las Empresas Socialmente Responsables, los emprendedores sociales tienen un principal objetivo, que es el de generar beneficios para impulsar sus objetivos sociales, medioambientales o biculturales. Dicha meta, puede lograrse de distintas maneras dependiendo de la estructura del emprendimiento social.
Lo mejor de dos mundos, para beneficio de uno, se cumple con un proyecto e iniciativa para unificar al gobierno, las empresas y el tercer sector. Para la humanidad dentro de un rango, los niños y niñas, los adolescentes y jóvenes. A menudo descrito como el cuádruple resultado. Que es lograr al mismo tiempo desempeñarse en la plataforma social, ambiental, económica y cultural.
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