El Cubo transitable de Teodoro González de León atrae la atención de los visitantes al Museo Tamayo




Luego de su inauguración el pasado 29 de septiembre, en el Museo Tamayo Arte Contemporáneo, la escultura efímera Cubo transitable de 6 metros. Formado por seis triángulos egipcios conectados por 12 tubos, del arquitecto Teodoro González de León (Ciudad de México, 28 de mayo, 1926 – Íbid., 16 de septiembre, 2016) atrajo la atención de los visitantes al recinto este fin de semana.

La monumental pieza fabricada en madera de pino y tubos de acero integrada por seis triángulos egipcios recibe ahora a quienes se internan en el recinto museístico también diseñado por el arquitecto mexicano.

“Es una pieza muy interesante por su estructura y forma, y lo que quiso crear el arquitecto para que el espectador pueda atravesarla y contemplar su unión”, consideró el visitante Aldo Gutiérrez, encargado del área de Operaciones de una galería de arte, quien señaló la importancia que se le rinda homenaje a uno de los arquitectos más notables y prolíficos en México de mediados del siglo XX y hasta la actualidad.

“Es como si fuera un huevo dentro de otro huevo. De todos los museos de la Ciudad de México, este es el que más me gusta, porque tiene todo lo que podría disfrutar de la arquitectura: material en estado puro con una iluminación natural”.

El proyecto escultórico se apoya en una base de dos triángulos de cristal, uno rojo y otro negro, los cuales, como un espejo, reflejan el espacio interior de la escultura.

Los dos grupos de tres triángulos se unen entre sí a través de 12 tubos de acero, apoyados en seis nodos de la hipotenusa, que dan forma a un paraboloide hiperbólico, el cual otorga la sensación de un túnel que puede ser recorrido por el público.

La proyección, el diseño y la construcción de la pieza resultó un reto desde el punto de vista arquitectónico y de ingeniería, con el fin de lograr la estabilidad de las armaduras en posición angulada y que pudieran unirse entre sí.

El diseñador Tonatiuh Trejo destacó que la pieza resulta atractiva por la experiencia de habitar un espacio no convencional que remite a una propuesta escenográfica.

“Presenta el material de manera cruda, como si tuviera la sensación de estar en una obra negra, como si fuera el esqueleto. Es como estar en un pequeño edificio dentro de otro edificio”.

La propuesta de Teodoro González de León resulta lúdica en especial para los jóvenes que aprovechan para tomarse selfies o retratos mientras atraviesan la obra.

La estudiante de arquitectura, Diana Fernández recordó que Teodoro González de León tuvo una amplia visión del movimiento arquitectónico moderno basado en la simpleza de la composición y la abstracción.

“Esta pieza tiene todo el sello del arquitecto, la cual se ha vuelto una referencia obligada no sólo para quienes nos dedicamos a la arquitectura”.

La obra puede apreciarse hasta al 30 de octubre, y están programadas actividades paralelas como visitas guiadas, recorridos por edificios del arquitecto Teodoro González de León y talleres para todo el público. La programación está disponible en el sitio web del recinto (www.museotamayo.org).

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