El brasileño Célio Roberto Turino compartió en charla magistral durante el Foro Internacional Derechos Culturales y Derechos Humanos, su experiencia como secretario de Ciudadanía Cultural del Ministerio de Cultura de Brasil, donde explicó las características del Programa Nacional de Educación Artística y Ciudadanía, Cultura Viva Comunitaria Puntos de Cultura.
Refirió que la construcción del programa Cultura Viva vinculó las ideas de emancipación y protagonismo social con una acción de gobierno, con el cual se buscó fortalecer o identificar algún punto de mediación entre vida y sistemas, definiéndolo como un macrosistema sedimentado en puntos de apoyo.
Comentó que se buscó la potencia, la fuerza y la capacidad que todos los seres humanos tienen, así como la descolonización mental, pues las percepciones del mundo se establecen en tres armonías: la de ella misma, con otras personas y con otros seres.
“El Punto de cultura es una gestión compartida de Estado con sociedad, estableciendo un desafío con la cultura viva entre los sistemas de la vida”, indicó.
El Programa Cultura Viva Comunitaria fue creado en 2004 con el propósito de fomentar y valorar circuitos culturales ya existentes por medio de acciones de articulación, y de transferencia de recursos para organizaciones de la sociedad civil con acciones culturales, denominadas por el programa como puntos de cultura.
Cultura viva tiene como uno de sus supuestos adoptar una gestión compartida a fin de establecer nuevos parámetros de gestión y democracia entre el Estado y la sociedad, y dicha iniciativa de involucrar nuevos y diversos actores en la discusión de las políticas culturales surgidas del Ejecutivo.
“Una de las características del programa es promover la interacción entre diversas organizaciones con perfiles distintos por medio de redes, sean éstas presenciales o virtuales, encuentros, seminarios, foros regionales y nacionales”, expuso.
Célio Roberto Turino comentó que las relaciones entre lo público y lo estatal, entre cultura y política, entre políticas públicas y espacios de organización autónoma de la sociedad civil, presentes en el Programa Cultura Viva fueron fundamentales para aproximar la experiencia brasileña a la realidad de otras ciudades y países latinoamericanos.
Indicó que Cultura Viva Comunitaria es un concepto llevado al terreno de la producción y distribución de bienes culturales, donde experiencias desde el arte, la educación, la comunicación o la cultura en general, intervienen activamente en la democratización y el desarrollo de distintas territorialidades.
Es así que centros culturales, bibliotecas populares, colectivos de teatro comunitario, plástica, música, grupos de percusión, hip-hop, muralismo, prácticas ancestrales culturales, medios digitales, cine y televisión comunitaria, y otras disciplinas más que obedecen y se inscriben en procesos de desarrollo solidario.
El programa que vio la luz durante la gestión de Lula da Silva, en Brasil, dedicó esfuerzos serios a la tarea de reconocer y fortalecer las experiencias culturales comunitarias que desarrollaban actividades a lo largo del territorio brasileño, comentó.
El Punto de Cultura presupone autonomía y protagonismo sociocultural que se potencializan por la articulación en red y se expresa con el reconocimiento y la legitimación del hacer cultural de las comunidades, generando empoderamiento social.
“Punto de Cultura y el programa Cultura Viva nacieron juntos y son indisociables. Puntos de Cultura es más que una política pública en construcción: es un concepto y tal vez una teoría”, puntualizó Roberto Turino.
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