Hugo Falcón Páez
La política es un fractal y se compone de infinitas variantes.
En lo absoluto, el caso de Donald Trump es aislado a las consecuencias que van más allá del entendimiento. Invocaron su nombre tantas veces en diversos puntos del mundo, que se originó un mantra, un eco vibratorio que rebasó la lógica, el sentido común y el pensamiento moderno. Así como las predicciones atinadas, las teorías económicas y las lecciones de ciencias políticas. Pero no se preocupe, nos queda la “Política Ficción”. Claro está, recuerdo algo que aconteció en México, interesante dentro de nuestra irreal historia, la visita de un ex presidente de la nación. Me refiero a Carlos Salinas de Gortari, quien fue entrevistado en la emisión “Punto de Partida” por la periodista Denise Maerker. Evento acontecido un domingo 25 de septiembre de 2005. Hoy, Tras el resultado en las elecciones de Estados Unidos de Norteamérica, debemos imponer la pureza de la ficción, pletórica y luminiscente, que puede orillarnos a la verdad absoluta.
Salinas rebasó una vez más la graciosa huida esa de los gubernativos de cartón, con la tan parafraseada cita que cómicos, periodistas y demás personajes la tomaron y toman con escarnio, espeló en ese momento: "Política Ficción”. Excelente figura de retórica por parte del ex mandatario, eludir la cabalidad con el carisma de los cínicos, de verdad un diez. Esto sucedió cuando le preguntaban acerca de las acciones del populista y afamado "peje", candidato a la presidencia de la República Mexicana por el Partido de la Revolución Democrática, el Partido del Trabajo (PT) y Convergencia. Esa sentencia “salinista” fue la oda que cantarían y entonarían algunos entes políticos, pero la experiencia surreal va más allá de quien la prefabricó, la consecuencia antropológica y cultural es digna de un estudio sin parámetro.
La contrariedad se extiende hasta para quiénes tienen derecho a votar, de manera activa. Se corrompe hasta lo más alto del problema con el pasivo, que son quienes y en qué condiciones tienen derecho a ser elegidos. Uno de los acontecimientos más sobresalientes en la historia de los mexicanos del Siglo XIX, fue lo que Francisco I. Madero incluyó en sus frases. “Nunca más gobiernos perpetuos y ciudadanos oprimidos, mexicanos depongamos al dictador. Sufragio efectivo, No reelección”. Ya que Porfirio Díaz estuvo en el poder 30 años, pero debido a la Constitución de 1857 se paró esa continuidad. Ya sea debido a la protección de inversiones extranjeras por ambos bandos, se logró esta manifestación social incluyente para ese entonces. Pero contaminada con el paso del tiempo, pues sólo cambiaban las caras y el partido político era el mismo durante décadas. Así que la preservación de la Presidencia por la República Mexicana parecía una función vitalicia, otorgada por un reducido grupo. Que hoy en día no los tocan ni los impuestos, ni los bajos salarios, ni la crisis perenne de estas tierras. En tiempo presente lo único que cambia, son las nuevas tribus urbanas y los modelos antropológicos que surgen como en novela de ficción.
Qué pasará para el extranjero, o los países como Canadá, China, la Eurozona. Todos como brazo ejecutor de ideas que capitalizan para quienes invierten en ellas. Lo que queda claro es que se va a gobernar con la ley del negocio, el detrimento será para quienes no se preparan, no se actualicen, no laboren, no propongan, no sean agentes de cambio. Sí, empresarios, emprendedores, comerciantes, profesionistas mercantiles o profesionales de la compra y venta, serán quienes dirijan el futuro del mundo.
0 Comentarios