Concluyó con éxito la muestra Otto Dix. Violencia y pasión en el Munal




La exposición Otto Dix. Violencia y pasión, primera muestra del artista alemán en México que ofreció una retrospectiva completa sobre su vida y obra a través de 162 piezas, concluyó con éxito en el Museo Nacional de Arte (Munal), que al viernes 13 de enero había sido vista por más de 80 mil espectadores.

Para que más personas tuvieran la oportunidad de apreciar la obra del autor realista, el viernes y sábado el recinto museístico amplió su horario hasta las 20:00 horas. El domingo 15 de enero, último día de exhibición, se podía ver una larga fila a las afueras del Munal, integrada por grupos de jóvenes, parejas de novios o amigos, madres e hijos, y personas en solitario.

Violeta, estudiante del segundo semestre de preparatoria, junto con madre, la señora Lilia, tardaron en ingresar 25 minutos, lo que bien valió la pena. “Mi maestro de Historia me dejó de tarea venir, es una lástima que no permitieran sacar fotos. Es una obra que impresiona y de manera cruda te expone las atrocidades de la guerra”.

La exposición abrió sus puertas el 12 de octubre del año pasado. Planeada específicamente para ser presentada en México bajo la curaduría original de Ulrike Lorenz, directora de la Galería de Arte de Mannheim (Kunsthalle Mannheim), se dividió en siete núcleos temáticos: Voluntad de arte. La dialéctica de Eros y Tánatos; El fin del mundo. El trauma de la Guerra Mundial; Muerte y resurrección; El rostro del tiempo. En el espejo de la época; Eros en la metrópolis. Cuerpo y sociedad; Visión de la realidad. Verismo y alegoría; y La guerra y la paz. En la Europa dividida.

En la primera parte de la exposición el público visitante pudo apreciar en dibujos y grabados el doloroso contexto de la Primera Guerra Mundial: paisajes bombardeados, trincheras con cuerpos inertes, soldados mutilados en espera de regresar a casa o en momentos de distracción en cantinas y burdeles.

En muchas de las personas que recorrían las salas era visible que las diferentes pinturas provocaban algo. A Patricia Díaz le pareció entre perturbadora y fuerte la pieza Suicidio {hombre colgado} perteneciente a la serie Muerte y resurrección, creada en la técnica de aguafuerte, en el año 1922. “Con su obra contrastante Otto Dix llega a tocar las fibras más internas y detonar un sentimiento ambivalente entre el horror y la belleza”, manifestó.

En su recorrido por la exposición, los espectadores leían con atención los textos de la museografía. Las personas o bien veían las obras junto con sus acompañantes o se separaban y se recomendaban ver una pieza u otra.

Los visitantes además de ver la obra, podían realizar otras actividades, como mirar alguno de los catálogos de la muestra, que fueron hojeados una y otra vez; o bien, escuchar información de determinadas obras con el uso de la aplicación creada para el montaje, leer la cronología de vida de Otto Dix o el mirar proyecciones documentales.

Sebastián se lamentaba el no haber visitado la exposición antes. “Un amigo me dijo que estaba buenísima y que tenía que venir, me sorprendió llegar y ver la fila que había para entrar. Me pareció interesante, íntima y catártica”.

Expresiones como qué bello y qué fuerte se podían escuchar de la gente que miraba los cuadros de la sociedad alemana de la posguerra, los retratos de intelectuales de la época, las figuras femeninas, escenas de actos de circo, o los autorretratos del artista que tuvo varías definiciones: realista, expresionista, dadaísta, pintor comprometido y ecléctico, fanático de la constatación, visionario, moralista o cínico.

Casilda Solana compartió que lo que vio en la propuesta de Otto Dix no es algo fácil de digerir. “Al terminar de recorrer la exposición, que resultó muy interesante, me quedé con una sensación extraña”.

Vanessa Suaste describió la exposición como majestuosa. “Es extraordinaria, me parece increíble que tuve la oportunidad de ver obras maestra del gran Otto Dix en mi ciudad”.

Para Nahum Lugo la exhibición es de lo mejor que ha visto en el Munal. “Para el tiempo presente es una reflexión sobre la etapa de violencia que vivimos en México a través del espejo alemán. No sabía que esperar y me encantó”.

Gustavo Contreras no conocía del artista y su obra. “Habla de temas fuertes como las consecuencias de la guerra, es una obra que funciona para generar reflexión. Algo padre con lo que me encontré fue el cuadro Dama con sombrero de plumas, esa imagen aparecía en una de mis enciclopedias, recuerdo que me gustaba mucho y resulta que es de Otto Dix”.

Blanca Hernández Lara destacó que en toda su obra al artista transmitió lo que sintió y vivió durante las dos guerras mundiales; su amiga Priscilla dijo llevarse una grata sorpresa con el amplio acervo que presentó las distintas fases del artista, y Joshua Galán manifestó que nunca le había dado gusto hacer una larga fila para entrar, “me encantó”.

La señora Sylvia comentó que a pesar de la crudeza de su obra, se puede ver que Otto Dix disfrutó crear su obra y vivió una difícil época. “Creo es un personaje que nos dejó ver cómo vivir aún en las peores circunstancias”.

Otto Dix. Violencia y pasión llegará en el mes de febrero a la ciudad de San Luis Potosí, al recinto de la Caja Real. Centro Cultural.

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