En Bozal, obra que actualmente se presenta en el Teatro Julio Castillo, del Centro Cultural del Bosque, la experiencia comienza desde que los espectadores ingresan al vestíbulo.
Hay disponibles 24 asientos tipo columpio (sentados) y 12 canastillas (de pie). Ambos son elevados a 7.5 metros de altura y son distribuidos conforme a su peso.
Quienes tienen la oportunidad de tener alguno de estos lugares deben dejar sus pertenencias en paquetería, firmar una carta responsiva en caso de cualquier eventualidad, pesarse y recibir asistencia para colocarse un casco y un arnés.
La emoción se hace presente, no faltan las selfies, las risas nerviosas, aunque para los más reservados existe la opción de ver esta propuesta desde las butacas o bien, acostados en seis colchonetas.
“Creo que no debe catalogarse como teatro. Es una experiencia que contiene elementos narrativos y dramáticos. Es algo que estamos descubriendo. El teatro de riesgo va por caminos que no son los reconocidos ni por los que transita uno constantemente.
“En el teatro experimental hay que aventurarse por caminos que pueden resultar raros, oscuros, donde hay un extrañamiento y ese es en realidad su propósito”, comentó el director de la puesta, Richard Viqueira.
En este proyecto escénico también los actores son elevados a distintas alturas sobre una plataforma octagonal, que evoca el interior de una nave espacial.
La historia relata el viaje de dos astronautas rumbo a la Luna, la cual se atrofia antes de llegar, dejándolos a la deriva. En dicha situación, ambos empiezan a temer uno del otro, a cuestionar la identidad del otro, a dudar de las intenciones del otro.
“Me interesaba saber qué pasa cuando salimos de este planeta y no estamos sujetos por leyes morales, éticas, nacionalistas, donde no somos ni humanos. Fuera de este planeta hay un universo al que le somos indiferentes, ajenos”.
Explicó que era importante que la gente “pudiera ver con tres perspectivas particulares, una nave que despega, vernos a los ojos, y vernos como nos vería Dios desde afuera del planeta, viéndonos como unas hormiguitas con propósitos muy risibles ante la magnitud de un universo que se expande interminablemente”.
Por ello, el público de alguna manera también forma parte de la escenografía y la ambientación en una experiencia similar a la gravedad cero.
“Hicimos pruebas durante un año de materiales, ejercicios de simulacros, niveles de altura; ha sido un proyecto que tomó diez años y contó con la participación de varios especialistas, ingenieros, arquitectos. Mediamos que hubiera un sector que viera la obra desde fuera, pero la obra que concebí es la que ocurre adentro, aunque los que permanecen en las butacas la pueden percibir como un evento más cinematográfico”.
Bozal cuenta con las actuaciones de Omar Adair, David Blanco y Rojo Córdova, iluminación de Gabriel Pascal, escenografía y vestuario de Mario Marín del Río y el apoyo de cerca de 20 tramoyistas para el manejo manual de las canastillas.
Funciones: jueves y viernes, a las 20 horas, sábados a las 12:30 y 19 horas, y domingos a las 12:30 y 18 horas, en el teatro Julio Castillo del Centro Cultural del Bosque (Paseo de la Reforma y Campo Marte, estación Auditorio del metro). Localidades: $150. 50%de descuento a maestros, estudiantes e INAPAM con credencial vigente.
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