Con el fallecimiento de la historiadora y crítica de arte Teresa del Conde, ocurrido la noche de este jueves 16 de febrero, se cierra un ciclo en la crítica artística del siglo XX, expresó la secretaria de Cultura, María Cristina García Cepeda.
“Es un momento conmovedor, con el fallecimiento de Tere del Conde se cierra un ciclo de la crítica artística del siglo XX. Recordemos que en este hubo tres pilares de la crítica artística: Raquel Tibol, Jorge Alberto Manrique y Teresa del Conde, creo que con esto estamos cerrando ese ciclo”.
Lo anterior lo dijo en una agencia funeraria al sur de la ciudad, donde se dieron cita familiares, amigos y la comunidad artística. La secretaria de Cultura anunció que las autoridades culturales del país están en la mejor disposición de brindarle un reconocimiento a la historiadora que aportó tanto a las artes plásticas de nuestro país, y quien en 2008 fue galardonada con la Medalla Bellas Artes.
“Hablaremos con sus familiares; estaremos analizando el legado que nos deja esta gran mujer. Una mujer que con toda la agudeza de su crítica nunca ofendía; era una mujer con un gran conocimiento, un gran sentido del humor y una gran generosidad”.
La secretaria de Cultura aseguró que Teresa del Conde no sólo fue una mujer comprometida con la crítica, sino también destacada funcionaria, ya que fue directora de Artes Plásticas del Instituto Nacional de Bellas Artes, en 1981; directora del Museo de Arte Moderno, de 1991 a 2001; además de que fue una destacada investigadora en el Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM.
Justamente, Graciela de la Torre, directora General de Artes Visuales de la UNAM, indicó que en unos días la máxima casa de estudios le haría un homenaje para entregarle el Reconocimiento Universitario de manos del rector, dijo, pero no llegó a recibirlo. Ahora se analizará la posibilidad de entregárselo de manera póstuma.
Por su parte, la escritora Margo Glantz reconoció que Teresa del Conde fue una figura fundamental para la historia y la crítica del arte en México, cuyo legado fue un trabajo constante.
Finalmente, su hija, Tessa Corona del Conde recordó que su madre fue un ejemplo de disciplina, profesionalismo, integridad, amor a su profesión, así como una persona que disfrutaba mucho de la música y de la lectura, por lo que tenía una cultura impresionante y una avidez por aprender, ya que para ella, el conocimiento era ilimitado.
Señaló que Teresa del Conde no dejó ningún trabajo pendiente, ya que todavía en enero entregó su última colaboración al periódico La Jornada y en los últimos años se había dedicado a promover la titulación de sus alumnos. A Teresa del Conde le sobreviven cuatro hijos y seis nietos.
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