Como una indispensable revisión de la historia del arte en México entre 1910 y 1950. Así fue descrito el catálogo de la exposición Pinta la Revolución. Arte moderno mexicano, 1910-1950, que se presentó la tarde de este jueves 9 de marzo en el Área de murales del Palacio de Bellas Artes.
Moderados por Dafne Cruz Porchini, una de las curadoras de la exposición, la doctora en Historia del Arte Ana Garduño y el especialista en historia de la Revolución Mexicana Javier Garciadiego hablaron sobre los 13 ensayos que conforman la publicación editada por el Museo del Palacio de Bellas Artes con el apoyo de la Fundación Mary Street Jenkins.
“El muralismo, la gráfica, el estridentismo, los contemporáneos, la cartografía, el surrealismo y la arquitectura son diseccionados por historiadores del arte especializados en cada tema y que con naturalidad y facilidad dan cuenta del estado de la cuestión, resumen la literatura académica producida hasta el momento, analizan desde nuevas perspectivas y proponen otras formas de acercarse a fenómenos culturales nunca suficientemente estudiados”, comentó la doctora Ana Garduño.
Consideró que se trata de nueva propuesta de lectura plástica que bien podría utilizarse como texto básico para todo aquel quiere iniciarse o actualizarse.
“El libro resultante de verdad representa una contribución en el conocimiento del arte realizado en el ámbito nacional. Me atrevería a decir que la exposición es un parteaguas cultural en la historia de la exposiciones de la plástica moderna mexicana”.
Agregó que todos los ensayos, editados tanto en inglés como en español, están bien estructurados y resultan sumamente inteligentes, interesantes y propositivos a partir de un lenguaje accesible.
Cada página contiene fotografías de las obras expuestas, por lo que es posible observar los detalles de las piezas que realizaron artistas de la talla de Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, José Clemente Orozco, Saturnino Herrán, Alfredo Ramos Martínez, Francisco Goitia, Dr. Atl, Roberto Montenegro, Manuel Rodríguez Lozano, Rufino Tamayo, Frida Kahlo y toda la pléyade de creadores que dejaron testimonio de su talento en la época revolucionaria y posrevolucionaria.
Fotografías de esculturas, reproducciones de páginas del periódico El Machete, xilografías, el Comprimido estridentista de Manuel Maples Arce y fotografías de Manuel Álvarez Bravo, son también algunas de las ilustraciones que contiene el catálogo en sus más de 300 páginas.
El volumen también contiene una presentación de Rafael Tovar y de Teresa, quien fue el primer secretario de Cultura, y María Cristina García Cepeda, actual titular de la dependencia, así como un prólogo a cargo de Timothy Rub, director del Philadelphia Museum of Art y Miguel Fernández Félix, director del Museo del Palacio de Bellas Artes.
Por su parte el historiador Javier Garciadiego hizo el recuento de algunos de los ensayos escritos por investigadores mexicanos entre los que se encuentran Mireida Velázquez, Laura González, Daniel Garza, Rita Eder y Juan Solís.
Destacó que a pesar de que la Revolución es un fenómeno histórico que estructura el libro, no hay una asociación mecánica, ni visión maniquea.
“La característica fundamental del arte mexicano en la primera década del siglo XX es que aparece el pueblo, el cual no tenía presencia. De los 15 millones de habitantes que había en 1910, 13 millones y medio eran habitantes rurales. A partir de la Revolución, que es cuando ellos toman un espacio, esto se refleja en la cultura y en la literatura”.
El investigador mexicano consideró que la publicación no se limita a los tres grandes (Orozco, Rivera y Siqueiros), aunque tienen un papel protagónico en los primeros capítulos, ya que aparecen muchos otros personajes importantes.
El catálogo de Pinta la Revolución. Arte moderno mexicano, 1910-1950, ya se encuentra a la venta en librerías Educal y la exposición puede visitarse hasta el 7 de mayo en el Museo del Palacio de Bellas Artes.
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