Ser un artista independiente es ser un emprendedor, alguien que arriesga todo lo que tiene: Diego Vázquez



“Ser un artista independiente es ser un emprendedor. Es alguien que arriesga constantemente todo lo que tiene, en especie, ‘lana’ y tiempo, además de que aporta algo nuevo con sus propuestas”, consideró Diego Vázquez, fundador, director artístico, coreógrafo y bailarín de la compañía Laleget Danza. 

En su departamento, ubicado en la colonia Guadalupe Inn de la Ciudad de México, el artista conversó con la Coordinación de Apoyo a Artistas y Promotores Culturales Independientes de la Dirección de Comunicación Social de la Secretaría de Cultura sobre su labor creativa.

Diego Vázquez nació el 4 de julio de 1981 en la Ciudad de México. Es egresado de Codarts Rotterdam Dance Academy gracias a una beca que recibió por parte el gobierno holandés.

En Codarts tuvo la oportunidad de trabajar con maestros y coreógrafos residentes de Scapino Ballet, Forsythe Dance Company y Netherlands Dance Theatre, además de formar parte del reparto en obras de Angelin Preljocaj, Jirí Kylián e Itzik Galili.

Fue gracias a esta experiencia que el artista descubrió su pasión por la danza contemporánea (y el arte contemporáneo), actividad que considera debe impulsarse en México, ya que es menos accesible al público porque las personas quieren entender algo y el arte contemporáneo no es para entenderse, sino para sentirse.

“Como artistas que nos dedicamos al arte contemporáneo, nuestra labor es hacer entender e invitar al público a tener una experiencia con sus emociones, cocrear con nosotros y encontrarse con lo que está dentro de ellos a través de nuestra propuesta artística.

“No se trata de hacer obra complaciente, sino decir, que lo estás viendo se vale que no te guste y que lo odies, pero pregúntate por qué, por qué lo odias, por qué no te gusta, te incomoda, causa ansiedad o lo que sea y entonces, así, el arte contemporáneo cumplió su cometido”. 

A lo largo de 12 años de trayectoria como coreógrafo Diego Vázquez ha creado 26 obras, las cuales forman parte del repertorio de su propia agrupación: Laleget Danza y de compañías como la Nacional de Danza, el Ballet de Jalisco, Ballet Morelos y Fóramen M. Ballet. 

Sus piezas comprenden desde versiones contemporáneas de El Cascanueces, Petrushka y Las bodas de Stravinski, hasta obras originales basadas en partituras de Pärt, Chávez, Revueltas, Mozart, Schumann, Chopin y J.S. Bach, entre muchos otros.

Respecto al proceso creativo de las obras, Fiego Vázquez detalló que tienen tres puntos de partida: puede ser una comisión y le dicen qué es lo que quieren y para qué; otra puede ser que tenga ganas de trabajar con, por ejemplo, el artista Rogelio Sosa, y entre los dos se ponen a crear la música y la danza; y, finalmente, que se enamora de una pieza musical y su composición lo lleva al tema y a lo que quiere reflejar. 

“Me gusta hacer obras para niños y adolescentes porque a esa edad me enamoré del arte y es justo la época para empezarlos a introducirlos a este. Me encanta hacerlas para ellos ya que son más accesibles y tienen menos prejuicios, si no les gusta, te lo van a decir, incluso como artista los escuchas y sabes si las cosas están funcionando. 

“Al crear no tengo predilección, pero generalmente sí empiezo con la música. La selección musical es la que me dice no solamente el tema, sino el argumento. Cada obra es distinta y su estética también. Aunque puedo decir que en ellas hay una pasión por la arquitectura y por su diseño ya que es donde puedo dar cauce a esa inquietud de crear espacios que dejé a los 18 años”.

Diego Vázquez ha bailado en creaciones de Dianne Carter, Raúl Parrao, Marco Antonio Silva y Tania Pérez Salas, entre otros, y en el 2006 participó como bailarín invitado en la gira de despedida de Ballet Nacional de México.

Su trabajo ha sido reconocido como uno de los mejores de la escena contemporánea en México, un ejemplo fue Petrushka (2011), una coproducción del Programa Niños Alas y Raíces de la Secretaría de Cultura, la Dirección de Danza de la UNAM, Laleget Danza y el Ballet de Morelos, la cual fue un boom en su carrera porque tuvo un fuerte impacto y gran éxito en el público infantil.

“Mis piezas abordan el mundo interior del ser humano y su parte conflictiva. Desde mi primera obra es muy consistente este ‘rollo’ de qué pasa dentro de mí y muchas veces hablo de eso, de lo que yo estoy viviendo. Mis trabajos se convierten en una catarsis. Hablan de qué pasa en nuestro mundo interior y cómo te pierdes en eso”.

Un ejemplo de esto –agregó- es el solo False Cognate que habla de mi vida, conflictos, confrontaciones, diálogos conmigo mismo y cuando me pierdo en ellos; de mi relación con la Biblia, de la confrontación de si la amas y la odias o si la dejas, de cuando te sientes reconfortado, que es algo muy personal y que se convierte en una catarsis.

En la pieza Manasseh and The Schizophrenia habla del cúmulo de voces en la cabeza que tienen las personas “y que a veces sin padecer esa enfermedad, cualquier ser humano puede sufrir por eso, por ejemplo, cuando estás pasando por un momento de duelo, de confusión y crisis, tienes muchas voces y no sabes cómo acallarlas y puede ser un momento esquizofrénico”. 

Diego Vázquez ha recibido apoyo de la beca Jóvenes Creadores (2012) y Rutas Escénicas del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (2013) y ha recibido apoyos del gobierno de los Países Bajos, el Instituto Nacional de Bellas Artes, el Gobierno del Estado de Morelos, la Dirección de Danza de la UNAM y el Festival Internacional Cervantino para la producción de sus coreografías y llevar a cabo giras en el extranjero.

La mayor parte de la trayectoria del artista la ha realizado como bailarín independiente, lleva a cabo su manejo de prensa, producción, da clases a sus bailarines, hace sus coreografías, diseña escenografías.

“Gracias a esto he descubierto que ser independiente es ser un emprendedor que aprende que su obra es un producto que en un mercado muy específico tiene que resonar para que llegué su mensaje. 

“Se puede llegar a vivir de la danza, pero uno debe tener muchas alternativas como ser creador, docente, intérprete, hacer cosas comerciales y decir de aquí voy a sacar sólo una parte y por eso debo abrir el campo de acción porque sino, es muy difícil”.

Diego Vázquez reveló parte de sus planes y que se encuentra en la promoción de su obra recientemente estrenada: Manasseh and The Schizophrenia que se presentará próximamente en el Centro Nacional de las Artes. 

“Soñando en grande, me encantaría que mis últimas obras pudieran ir de gira a otros países de Centro y Sudamérica o Europa, es decir, mostrar fuera de México lo que he hecho y estado haciendo.

“Me gusta mucho mi país, lo que he construido aquí, pero estoy abierto a salir y moverme si es necesario para crear cosas en otros lados. Me encantaría hacer obra en otras compañías y con artistas de otras partes del mundo y seguir mostrando mi trabajo en Europa, eso sería estupendo. Probablemente se dé una residencia artista a principios de 2018 en Curazao para crear una obra y trabajar con ‘chavos’ de allá”.

Para conocer más de Diego Vázquez visita: http://diegovazquez.mx y en www.lalegetdanza.com

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