Hugo Falcón Páez
El derecho a ser humano es ser libre para exponer el bien y la no violencia.
Igualdad, un balance prominentemente espiritual que ha surgido como un concepto moderno. El balance y equidad entre hombres y mujeres ha tenido personajes e historia, para poder enaltecer el género. Varones y hembras han surgido entre una subespecie, porque visto desde la antropología aplicada, vivimos en múltiples formas. Recordemos la lucha de los negros por su libertad, que si nos remontamos a un bosquejo tendría que ser antes que el río Nilo tuviera agua. Así como ellos, la disputa por no ser esclavizados, vejados, comercializados, humillados y asesinados, las mujeres han sido expuestas a un sinfín de mortificaciones. Así como los grupos vulnerables, incluyendo a las comunidades LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales). El pasado 8 de marzo, se hizo énfasis en el Día Internacional de la Mujer. Con ambigüedades y paradojas, la voz en general fue que falta raciocinio para hacer valer a la mujer. Amor, espíritu y engendrar hijos e hijas que transmitan benevolencia. Un cambio generacional.
Señalemos a una mujer importante y que es forzoso nombrarla, Cleopatra VII. Quien fuera la última reina del Antiguo Egipto y de la Dinastía Ptolemaica. Ella tenía 18 años de edad, cuando recayó en sus hombros la responsabilidad política y económica de su pueblo. Para conducirse contra quien fuera su amigo íntimo, el general Marco Antonio, y terminar en una tragedia romanesca. Una lucha de poderes que más tarde recaería en el Siglo XVIII, a manos de Olympe de Gouges, una francesa que peleó por los derechos políticos de la mujer. Libertad, igualdad y fraternidad, el grito de la Revolución Francesa de 1789. Así que nace la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana, al parafrasear la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano del 26 de agosto de 1789.
La emancipación femenina tenía un contraste de equiparación jurídica y legal, así como en correspondencia de derechos. Trabajando en la evolución social, Olympe tenía el seudónimo de Marie Gouze. Y sólo así lograba infiltrar una apertura para las mujeres de la época. Sin embargo, el parteaguas importante para que las mujeres votaran, se cimbró en Londres. Ya que Emmeline Pankhurst en 1892 fue la fundadora del movimiento sufragista británico, quien anteriormente había fundado la Liga en Favor del Derecho al Voto de la Mujer, esa reivindicación trajo a otras mujeres como Annie Kenney, Emily Davison. Un parteaguas influenció los Derechos de la Mujer, las cuales indican que son facultades y atribuciones que exigen las mujeres y las niñas de muchas sociedades del orbe.
Y por lo tanto estos derechos están institucionalizados, respaldados por la ley, las costumbres locales y el comportamiento social. La represión e ignorancia serían tumbadas, cuando la ONU declaró el año de 1975, Año Internacional de la Mujer. El prejuicio debe ser condenado, ya que lleva a un sinfín de actos violentos. Otro personaje majestuoso lo fue Indira Gandhi, quien fuera heredera de la Dinastía Nehru-Gandhi. Su acción política para la India la llevó a participar plenamente en la independencia de su país. Hasta ser Primera Ministra de la India, enarbolando la paz y la condescendencia entre los ciudadanos. Una más fue Margaret Thatcher, Primera Ministra del Reino Unido desde 1979 a 1990, conocida como la Dama de Hierro, y logrando controlar a su gabinete como nadie, tuvo en las manos un país fuerte en sus decisiones gubernamentales y personales. Fungió como miembro del Parlamento de 1959 a 1970, Ministra de Educación de 1970 a 1974 y Líder de la Oposición de 1975 a 1979.
Ella fue ejemplo para Latinoamérica, claro está Michelle Bachelet, una doctora que en el 2006 ostentó la primera magistratura de chilena, y en 2010 fue reelecta para un nuevo mandato. Hoy es la actual presidenta de la República de Chile desde el 11 de marzo de 2014. En el mismo orden, Cristina Fernández de Kirchner, quien fue presidenta de Argentina el 10 de diciembre de 2007. Una abogada que llevó los asuntos de los argentinos con modificaciones magnas en el Consejo de la Magistratura y la Corte Suprema. Brasil no se quedó atrás, tuvo un estandarte de nombre Dilma da Silva Rousseff, presidenta de su país desde el 1 de enero de 2011. Una mujer que resistió los más duros regímenes, las más temibles revueltas en las favelas y enfrentado a gobernantes de otros países para después negociar a favor. Así pues en esa corriente política, México ha sido destronado, se ha quedado en el suelo.
Sí, hace falta una mujer para escribir una historia veraz y que las generaciones venideras estén orgullosas. Eso es el derecho a vivir.
0 Comentarios