Falcotitlan : ANIMAL

Hugo Alberto Falcón Páez


Basta ver nuestras manos, para percibir la realidad de todos.


El jueves pasado de este mes, se celebró el Día del Animal, en otros lares es conocido como el Día Mundial de los Animales. Qué hay que rescatar aquí. El concepto en sí. Ya que ponderamos la existencia animal, incluso la de los humanos, porque somos seres vivos y autonombrados animales racionales, que dista mucho de los efectos, causas, acciones y más allá aún. Sin embargo, es un día del calendario en el cual se festeja a los animales de los parques y campos, de la vida silvestre y salvaje, la fauna que organiza un ciclo en el planeta.

Este día es en memoria de San Francisco de Asís, porque consideraba que la raza humana se concebía en relación con todas las cosas creadas y como criaturas de Dios, recalcó que se incluía toda la realidad animada e inanimada, y fue quien proclamó esta idea. Subrayo que el Día Mundial de los Animales fue declarado por decisión de la Organización Mundial de Protección Animal en un congreso celebrado en Viena. En varios países se le conoce como la Bendición de las Mascotas. Ya en 1980, el papa Juan Pablo II, declaró a San Francisco de Asís “Patrono de los Animales y de los Ecologistas”.

Por ello, es necesario saber que como un conjunto de seres vivos y especies tenemos una interacción. Somos parte de una amalgama de células que pronto se convertirán en una desconocida evolución. Porque la evolución en el sentido estrictamente antropológico, sólo ha sido la inexacta herramienta distractora, o esfuerzo en la ciencia para alimentar a la biología. Excluyendo el estudio de los fósiles, el planteamiento de la aclimatación y adaptación celular en los animales invertebrados o vertebrados, la exobiología, la biomedicina, la bioética, etnología y la genética.

La modernidad del ser humano ha querido en pequeñas porciones poblacionales, mejorar su capacidad para desenvolverse entre tanto espécimen, pero el progreso se deteriora en las áreas de mayor credibilidad cuando se requiere de la verdad, de la sana autenticidad. En México, muchos obstruyen el dato que puede llevar al higiénico mejoramiento de un país inhumanizado por obras y eventos que nada tienen de político, ético y moral. Y se animaliza nuestro actuar, hablar, pensar.

Razonemos el término animal, con el respeto, la unidad, el amor. Para no ir a un lado u otro, de una manera justa y universal.



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