Hugo Alberto Falcón Páez
El arte de la sustentabilidad para la niñez.
A través de proyectos e iniciativas plenamente enfocados en la niñez, cada quien puede fomentar los derechos, los cuidados, la atención, la educación, el desarrollo, la creatividad, así como la justicia y la equidad de género desde la niñez. Desde el hogar hasta un corporativo, desde el emprendedor social, hasta el gobierno o el tercer sector. Del 24 al 30 de abril hay una campaña llamada Semana Mundial de la Inmunización 2019. Ya que hay más de 20 millones de infantes que no han recibido suficientes vacunas. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) como principal organismo humanitario, ha fincado la promoción y defensa de los niñas y niños en el mundo. Incluyendo se encuentren en los desastres naturales, guerras o conflictos de toda índole. Este año cumplirá setenta y tres años diseñando, elaborando y ejecutando programas con ese objetivo: Trabajar con y para los seres humanos que se encuentran en fases de desarrollo, comprendidas entre el nacimiento y la adolescencia o pubertad. La Unicef se fundó el 11 de diciembre de 1946, en Nueva York. Han buscado aliados, compañeros, líderes, pensadores, amigos, políticos, que puedan incluirse en la sinergia de los más desfavorecidos.
Me pregunto en nuestro país, qué celebran o conmemoran las y los empleados de los tres niveles de gobierno y los tres poderes de la Unión. Hay tópicos y segmentos en escalada que afectan a la niñez en nuestro país. Efectos y reacciones adversas que dañan a la ciudadanía. Un tercio de la población total de la República Mexicana: 40 millones de personas tienen menos de 18 años de edad, y de éstas, el 53.9% estaban en situación de pobreza. Aumentan y disminuyen los seis indicadores de carencias sociales (rezago educativo, acceso a los servicios de salud, a la seguridad social, a los servicios en la vivienda, calidad y espacios de la vivienda y acceso a la alimentación) en la población infantil y adolescente. Uno de cada dos niñas, niños y adolescentes en México era pobre y una de cada nueve se encontraba en pobreza extrema; el 53.9% de la población de 0 a 17 años en México, 21.4 millones, carecía de las condiciones mínimas para garantizar el ejercicio de uno o más de sus derechos sociales (educación, acceso a la salud, acceso a la seguridad social, a una vivienda de calidad y con servicios básicos y a la alimentación).
Como nación firmante y participante activo en las negociaciones para definir los Objetivos de Desarrollo Sostenible (17 Alianzas y 169 metas) que emanan de la Agenda 2030, hemos aceptado el compromiso de reducir al menos a la mitad la proporción de hombres, mujeres y niños de todas las edades que viven en la pobreza en todas sus dimensiones, con arreglo a las definiciones nacionales. La educación para el 2030 pretende ser incluyente, de calidad, equitativa y promover oportunidades de aprendizaje permanente para todos. Tenemos resultados pésimos de acuerdo a los resultados del Programa Internacional de Evaluación de los Alumnos (PISA), las políticas educativas son un fiel reflejo de lo que hay ahora, gobernados y gobernantes, ciudadanos.
El eje prismático es el estudio y el aprendizaje, logrando impulsar toda esta sinergia a través de mecanismos multidisciplinarios que logren elevar la capacidad de las niñas y niños. En nuestro puerto se inició un proyecto e iniciativa desde hace cuatro años, un impulso que genera procesos educativos para agentes de cambio. Formando alianzas con el gobierno, empresas y tercer sector a través de nuestro primer centro cultural sustentable, ahora UN1DAD SUSTENTABLE Falcotitlan, un ciclo de cinco talleres con una plataforma que fusiona la pedagogía, el método, lo didáctico y lúdico, un sistema que une el arte, la academia, el medio ambiente, la ecología, la biodiversidad y la sustentabilidad para nuestra niñez guerrerense.
VISITA: www.unicef.org.mx, www.coneval.org.mx y www.falcotitlan.org
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