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Los desarrollos biotecnológicos y
avances científicos permiten tener una sociedad más respetuosa con la
naturaleza: Bioelements
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Cada año se fabrican 500 mil
millones de botellas de PET: Greenpeace.
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En el Día Mundial del Medio
Ambiente recuerdan los retos de la sociedad para satisfacer las necesidades de
su población.
Cada 5 de junio desde 1973 conmemoramos el Día Mundial del Medio Ambiente que instauró la Organización de las Naciones Unidas (ONU), con el fin de poner al medio ambiente en la agenda mundial. A cerca de 50 años de ello, el planeta tierra enfrenta una triple emergencia ambiental: el calentamiento global, la pérdida del hábitat que, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas ha conllevado a que aproximadamente 1 millón de especies estén en peligro de extinción; y la contaminación que impacta el aire, la tierra y el agua.
Ante
estas problemáticas existen desarrollos biotecnológicos que aprovechan la
capacidad metabólica de los microorganismos, aplicados en sistemas de
ingeniería, para resolver problemas ambientales, con la capacidad de no afectar
o bien, contribuir al cuidado del medio ambiente, ya sea para la fabricación de
sustitutos al plástico, el tratamiento de aguas residuales, remediar acuíferos
y suelos contaminados por hidrocarburos, metales pesados o plaguicidas, así
como para la generación de energías renovables a partir de desechos
industriales.
En
el marco del Día Mundial del Medio Ambiente 2022, Ignacio Parada, CEO de
Bioelements, empresa de biotecnología y economía circular especializada en la
fabricación de productos de empaque con resina BioE-8, compuesta de material biobasado,
renovable y biodegradable, destacó que la biotecnología ha pasado de ser una
materia de ciencia ficción a una realidad que se encuentra al alcance de todos,
lo mismo en el rendimiento del campo que en la explotación de productos del mar
o en la reducción del impacto ambiental.
“El gran reto de toda sociedad es satisfacer las necesidades de la población que, de acuerdo con la ONU alcanzará 9.1 mil millones de personas para 2050 y entre estas necesidades se encuentra la alimentación y por supuesto los empaques en los que se encuentran almacenados los alimentos para su distribución. Antes del desarrollo de los biodegradables, el plástico fue uno de los materiales más populares por su bajo costo de manufactura, flexibilidad y no permeabilidad, sin embargo, según la organización Greenpeace cada año se fabrican 500 mil millones de botellas de PET. Por otro lado, un estudio del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), reveló que solo el 20% del plástico se recicla a nivel mundial”.
Abundó que, ante este panorama, el desarrollo biotecnológico ha permitido la creación de resinas como la que utiliza Bioelements que ofrece los beneficios del plástico, pero con la ventaja de que, al estar conformados por materiales naturales, pueden ser compostados, o incluso algunos consumidos por los microorganismos en cualquier ambiente, lo que contribuye a que el ciclo vital siga su curso.
“Al no ser bio-tóxicos ni tóxicos por metales pesados, al biodegradarse no liberan elementos químicos, ni afectan negativamente al medio ambiente, reduciendo así la huella de carbono y, por si fuera poco, se reintegran rápidamente”.
Explicó que existen otros desarrollos que presumen ser biodegradables, sin embargo, utilizan aditivos oxo que micro-fragmenta el plástico, pero no disminuyen su masa por una actividad de biodegradación. Es decir, se fragmentan, pero persisten por cientos de años.
Para Ignacio Parada no sólo se trata de aprovechar los avances que han obtenido científicos y técnicos en la materia sino de transformar las economías y las sociedades para hacerlas más inclusivas, más justas y más respetuosas con la naturaleza.
Para Claudia Lizbeth Moctezuma González, especialista del Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México, la ciencia brinda la posibilidad de hacer lo que la imaginación desee, pero siempre tomando en cuenta valores éticos para ofrecer un bien o servicio a la humanidad.
La biotecnología “es un campo amplio, en el que se encuentran la producción de alimentos industriales, tales como queso, yogur o cerveza, porque son un proceso biológico; o el área de la salud, porque se relaciona con la elaboración de medicinas, vacunas y equipos de detención de infecciones, que son procesos biológicos que se adaptan para generar un servicio y un producto”, explicó.
El texto Biotecnología en México de la Secretaría de Economía de la misma casa de estudios, señala que esta ciencia representa una ventana de oportunidad, pues el país cuenta con una amplia biodiversidad y dotación de recursos naturales que son tentativamente una fuente de experimentación y abasto de material genético que sirve como base para muchas de las investigaciones y desarrollos biotecnológicos.
Por
otro lado, la biotecnología es reconocida como un valor de las startup y
muestra de ello es que Bioelements obtuvo el lugar en la categoría Smart Cities
del Extreme
Tech Challenge, uno de los premios a la innovación
más importantes para startups en Silicon Valley y en el que participaron más de
dos mil empresas.
Sobre Bioelements
Bioelements
nace en 2014 en Chile como una alternativa ecológica al plástico convencional.
Actualmente tienen presencia en Chile, Perú, México, Colombia y Brasil.
Desarrolla la Resina BioE-8, compuesta de material biobasado, renovable y
biodegradable. En su anaquel de productos están envases y embalajes en contacto
directo con alimentos, bolsas y films biobasados y biodegradables en todo tipo
de medioambientes, incluyendo vertederos, composteras y condiciones marinas. El
próximo año la compañía espera llegar a 80 millones de dólares en ventas, y
actualmente es una de las startups con mayores tasas de crecimiento de la
región.
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