La grave crisis inflacionaria, combinada con una desaceleración mundial del crecimiento económico, está causando una drástica caída de los salarios mensuales reales en muchos países, indicó un nuevo informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Gilbert Houngbo, director general de la OIT, dijo que “las múltiples crisis mundiales han provocado un descenso de los salarios reales. Esto ha colocado a decenas de millones de trabajadores en una situación desesperada, ya que se enfrentan a una incertidumbre cada vez mayor”.
La combinación de inflación y desaceleración, generada en parte por la guerra en Ucrania y la crisis global de la energía según la OIT, está reduciendo el poder adquisitivo de la clase media y afecta de manera especialmente dura a los hogares de bajos ingresos.
El Fondo Monetario Internacional (FMI), que registró un crecimiento de 6.1% en el producto bruto mundial en 2021, prevé que este año el crecimiento del PIB global será de 3.2%, y se ralentizará en 2023 hasta 2.7%.
A su vez, la inflación, que fue de 4.7% en 2021 según el FMI, ha trepado hasta un previsible 9.5% al cierre de 2022 y debe demorar otro año antes de regresar a un cuatro por ciento.
En su “Informe Mundial sobre Salarios 2022-2023: El impacto de la inflación y de la covid-19 en los salarios y el poder adquisitivo”, la OIT estima que los salarios mensuales disminuyeron en términos reales 0.9% en la primera mitad de 2022.
Es la primera vez en este siglo que el crecimiento del salario real global ha sido negativo, apuntó el informe divulgado por la OIT en su sede en esta ciudad suiza.
Entre los países del Grupo de los 20 (economías avanzadas y emergentes), se estima que en los industrializados los salarios reales disminuyeron 2.2% en el primer semestre del año, mientras que en los países emergentes de ese G20 aumentaron 0.8%, aunque menos que el 2.6% de 2019, el año anterior a la pandemia.
Al examinar las tendencias regionales, la OIT encontró que la inflación se incrementó proporcionalmente con más rapidez en los países de altos ingresos que en los de ingresos bajos y medios.
En América del Norte (Canadá y Estados Unidos), el crecimiento medio del salario real llegó a cero en 2021 y bajó a menos 3.2% en el primer semestre de 2022.
En América Latina y el Caribe, el crecimiento del salario real descendió a -1.4% en 2021 y -1.7% en el primer semestre de 2022.
En la Unión Europea, donde los programas de preservación del empleo y las subvenciones salariales protegieron en gran medida el empleo durante la pandemia, el crecimiento del salario real aumentó 1.3% en 2021 y descendió a -2.4% en el primer semestre de 2022.
En Europa oriental el crecimiento del salario real se ralentizó situándose en cuatro por ciento en 2020, en 3.3% en 2021, y -3.3% en el primer semestre de 2022.
En Asia y el Pacífico, el crecimiento del salario real subió hasta 3.5% en 2021 y ralentizó hasta 1.3% en el primer semestre de 2022. Si se excluye China de estos cálculos –considerando su peso en la región– el crecimiento del salario real fue muy inferior, 0.3% en 2021 y 0.7% en el primer semestre de 2022.
En Asia central y occidental, el salario real registró un fuerte crecimiento de 12.4% en 2021, pero desaceleró hasta llegar a 2,5 % en el primer semestre de 2022.
En África, los datos sugieren una caída del crecimiento del salario real de -1.4% en 2021 y un descenso hasta -0.5% en el primer semestre de 2022.
En los Estados árabes, las estimaciones señalan un bajo crecimiento de los salarios reales, de 0.5% en 2021 y de 1.2% en 2022.
El informe destaca que el aumento de la inflación y del costo de la vida afecta en mayor medida a las personas de ingresos más bajos, que invierten gran parte de su ingreso en bienes y servicios esenciales, los cuales por lo general experimentan un aumento de precios mayor que los productos no esenciales.
En particular, la inflación está socavando el poder adquisitivo de los salarios mínimos, que se establecen en 90% de los 187 Estados miembros de la OIT, y la entidad considera su ajuste una herramienta necesaria en defensa de los trabajadores.
Otras medidas recomendadas por la OIT incluyen las dirigidas a grupos específicos, como la entrega de bonos a las familias de bajos ingresos para ayudarles a adquirir los bienes esenciales, o la reducción del impuesto sobre el valor añadido (IVA) para aliviar la carga de la inflación que pesa sobre los hogares.
“La desigualdad de ingresos y la pobreza aumentarán si no se mantiene el poder adquisitivo de los peor pagados. Además podría ponerse en peligro la tan necesaria recuperación tras la pandemia, alimentar un mayor malestar social y socavar el objetivo de lograr la prosperidad y la paz para todos”, concluyó Houngbo.
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